viernes, 5 de diciembre de 2008

JULIO CAMARENA, RECOLECTOR DE MEMORIA ORAL

El hijo que no quiso agacharse una vez

[ATU 774C]

Esto era un padre y un hijo. Y iban caminando por un camino. Y resulta que hacía mucha calor, y el hijo llevaba una sed ardiente. Entonces, el padre, como entonces se estilaban tantas caballerías, pues el padre vio en el suelo, en el camino, una herradura, y le dijo al muchacho, como estaba más ágil:

–Bájate, y coge la herradura esa.

Y entonces dijo el hijo:

–No, padre, no merece abajase.

Y no se bajó.

Pero el padre calló, y se bajó, y cogió la herradura. Entonces, andando, andando, andando, andando, iban fatigaos de sed; pero, en el primer pueblo que llegaron, el padre se bajó, cogió la herradura y la vendió por diez céntimos, lo cual, aquellos diez céntimos, los empleó en ciruelas.

Bueno, pues como iban andando, iban caminando, caminando, pues el hijo llevaba una sed que pa qué, pero el padre cogió las ciruelas y las guardó. Pero, ya en el camino, como el hijo llevaba tanta sed, tiró una ciruela. Y, entonces, el hijo se bajó y cogió la ciruela. Andaban otro poco adelante, el padre volvía a tirar otra ciruela al suelo, el hijo se bajaba y la cogía. Entonces, ya el padre le dijo:

–Si de primera vez, cuando te dije que te bajases por la herradura, te hubieras abajo, no te hubieras tenido que bajar veinte veces a por las ciruelas.



RECOGIDO EN: Porzuna (Ciudad Real).

A: Nemesia Sánchez Sánchez.

FECHA: Mayo 1981.

EDAD: 60 años.

PROFESIÓN: Sus labores.

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