martes, 18 de mayo de 2010

GARZÓN CONTRA LOS BÁRBAROS



acosado, como Lorca, por la barbarie, la misma que nos sumió en la edad oscura

¿CUÁNTO COBRA UN JUEZ?

Teniendo en cuenta que los juzgados de primera instancia están servidos por magistrados y no por jueces, el sueldo de un magistrado de un juzgado de primera instancia, sin tener en cuenta la antigüedad (todos los magistrados la tienen), es de 4359,67 euros brutos mensuales, a lo que hay que añadir 2 pagas extraordinarias.
Si además el juzgado de primera instancia donde presta sus servicios el magistrado se encuentra en el pais vasco o navarra, habrá que añadir otros 479,32 euros al mes, si es en ceuta y melilla otros 792,66 euros al mes, si es en baleares o el valle de Arán otros 77,10 euros al mes, si es en Gran canaria o Tenerife otros 157,98 euros y en el resto del archipielago canario otros 513,72 euros mensuales.

A los jueces de instrucción tienes que sumarle lo que obtienen por las guardias.

Y no te digo nada los del Supremo, 10.000 € mes... superior al del Presidente del Gobierno.

http://www.buscaoposiciones.com/foro/Oposiciones-Jueces-fmen-35-821603.htm

jueves, 13 de mayo de 2010

EL CENTRO INNACCESIBLE


Schlegel

NUESTRO PROBLEMA MÁS GRAVE ES LA JUSTICIA

Buena parte de los problemas que sufrimos en este país tienen que ver con la justicia y la aplicación de la ley. La solución en muchos casos es muy simple, y tiene dos pasos:

1.- Cúmplase y hágase cumplir la ley
2.- Simplifíquese la ley para que sea efectiva

Pero en España las leyes no se cumplen. En unos casos por dejación de funciones, en otros por prevaricación, en otros por parcialidad, etc,… y en otros por imposibilidad manifiesta de que se cumplan leyes que forman parte de un cuerpo legal delirante, con contradicciones, con competencias legales transferidas a 17 entes autonómicos. Además de la falta de medios policiales eficaces, claro está.

La primerísima obligación de un gobernante, con prioridad absoluta sobre cualquier otra función (y por eso en muchas ocasiones forma parte de la jura de los cargos), consiste en CUMPLIR Y HACER CUMPLIR LA LEY.

La ley es sagrada en una sociedad sólida y moderna. Es algo que se ha argumentado y defendido desde Sócrates. Pero a nuestros cargos electos y no electos, en todo el espectro político, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, la ley les parece algo anecdótico, de usar (cuando conviene a sus intereses) y tirar (cuando no conviene)

La explicación al incumplimiento de las leyes en nuestro pais también es fácil y evidente. Como los políticos tienen esa interpretación tan peculiar y pintoresca de lo que son las leyes, han maniobrado de todas las maneras imaginables para impedir la separación de poderes, infiltrando a sus peones en el poder judicial para torpedear el ejercicio de sus funciones y decidir qué juzgar y qué no juzgar. También han corrompido hasta la saciedad los cuerpos policiales, nombrando a dedo a los altos cargos que deciden qué delitos se investigan y persiguen y cuáles no, y qué funcionarios ascienden y cuáles no.

La cosa se complica aún más como consecuencia de la definición y delimitación de funciones de jueces y fiscales en el sistema judicial español. Es propio del medioevo que sea el juez quien dirija las investigaciones en una causa. Es nefasto para el buen funcionamiento de la justicia que el juez investigue y juzgue, porque con esa manera de funcionar siempre tendrá PRE – JUICIO, el peor defecto que puede tener un sistema judicial.

Y ya la cosa riza el rizo si además de inflitrar a sus elementos entre los jueces, los políticos también los infiltran el el denominado “ministerio fiscal”.

En España tenemos un sistema judicial que produce bochorno y un cuerpo legal delirante (no hay más que ver los años que se ha tardado en modificar un código civil que era anterior al General Franco) Y la guinda del pastel es el sistema foral. Nadie en su sano juicio puede defender un sistema que mantiene al día diferencias entre ciudadanos del mismo país, es decir, privilegios de unos ciudadanos frente a otros, porque eso y no otra cosa son los fueros, privilegios otorgados por un Rey a una parte de sus súbditos porque le salió de la entrepierna. Unamuno lo definió muy bien. Dijo que los Fueros consistían básicamente en no pagar.

arnelas, en invertia.com

jueves, 6 de mayo de 2010

VINO Y SALUD




La tan afamada ‘paradoja francesa’, que asocia el consumo de vino tinto con el descenso de las enfermedades cardiovasculares, parece haber encontrado en la ciencia a su mejor apoyo. Así queda demuestrado con el hallazgo en el vino de las SAPONINAS, unos nuevos compuestos químicos que ayudan a reducir los niveles de colesterol.

Según lo publicado en un artículo en DMEDICINA.COM, hasta ahora se pensaba que el efecto cardiosaludable del vino tinto se debía casi únicamente al resveratrol, una sustancia que se halla en las uvas y que actúa como antioxidante. Sin embargo, el papel de las saponinas, que también se encuentran en otros alimentos, puede ser aún más importante, ya que, a diferencia del resveratrol, que bloquea la oxidación del colesterol, las saponinas evitan su absorción.

El hallazgo ha sido realizado por Andrew Waterhouse, profesor de Enología de la Universidad de California, quien analizó los componentes de seis variedades de vino de California (cuatro tintos y dos blancos) y comparó su contenido en saponinas. Estas sustancias se hallan en la piel de la uva y se disuelven en el vino durante el proceso de fermentación.

Los resultados indicaron que el vino tinto contiene hasta 10 veces más saponinas que el vino blanco. Asimismo, los vinos con una mayor cantidad de alcohol son los que más saponinas contienen.

Se estima que la ingesta necesaria de saponinas debe situarse en torno a los 15 miligramos diarios. Un solo vaso de vino ya aporta la mitad de esta cantidad, por lo que el vino se convierte en un importante recursos dietético.
http://lablogdegadesevero.blogspot.com/

lunes, 3 de mayo de 2010

La "Invencible" inglesa contra Cartagena de Indias (1741)




La derrota de la Armada Inglesa en Cartagena de Indias en el siglo XVIII es un acontecimiento silenciado en la historia inglesa y desconcocido para la gran mayoría de españoles. La Historia está hecha de muchas mentiras, silencios y exageraciones y ésta página gloriosa de la época colonial está injustamente olvidada por el saber popular español y merece la pena contribuir a su difusión.

En Octubre de 1739 Inglaterra declara a España la guerra de la oreja de Jenkins y planea tomar la ciudad donde confluyen las riquezas de las colonias españolas, Cartagena de Indias (Colombia), dominar el comercio en el Caribe y, en una operación combinada con las fuerzas del Comodoro Anson que con el navio Septrentión y dos buques menores acosaba las colonias del Pacifico Sur, aniquilar el imperio español en América.

Aunque el origen de la guerra fue la rivalidad comercial entre las dos potencias, la causa inmediata de la conflagración fue un incidente cerca de la costa de Florida cuando el capitán de un guardacostas español, Juan León Fandiño, interceptó el Rebbeca al mando de Robert Jenkins y le hizo cortar a éste una oreja; después de lo cual le liberó con este insolente mensaje: "Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve". Este suceso enardeció a la opinión pública inglesa y dió lugar a que su Gobierno, presidido por su Primer Ministro Mr. Walpole, declarara la guerra a España presionado por comerciantes de la City que apetecían la conquista de nuevos mercados.

El 13 de Marzo de 1741 apareció por "Punta Canoa", poniendo en vilo la ciudad de Cartagena, la mayor flota de guerra que jamás surcara los mares hasta el desembarco de Normandía: 2000 cañones dispuestos en 186 barcos, entre navíos de guerra, fragatas, brulotes y buques de transporte. La flota, muy superior a la Invencible de Felipe II que sólo disponía de 126 navíos, está dirigida por el almirante Sir Edward Vernon y transporta 23.600 combatientes entre marinos, soldados y esclavos negros macheteros de Jamaica. En la expedición vienen 4.000 reclutas de Virginia bajo las órdenes de Lawrence Washington, medio hermano del futuro libertador George.

Las defensas de Cartagena no pasaban, en cambio, de 3.000 hombres entre tropa regular, milicianos, 600 indios flecheros traídos del interior más la marinería y tropa de desembarco de los seis únicos navíos de guerra de los que dispone la ciudad: el Galicia que era la nave Capitana, el San Felipe, el San Carlos, el Africa, el Dragón y el Conquistador.

Este pequeño contingente está dirigido por hombres decididos a defenderse hasta morir: el Virrey Sebastián de Eslava, Teniente General de los Reales Ejercitos con larga experiencia militar, y bajo su mando, pero en el mar, el celebre General de la Armada D. Blas de Lezo, lobo de mar que ya ha participado en 22 batallas y expediciones navales perdiendo la pierna y el ojo izquierdo en Málaga y Toulon y quedándole lisiada la mano derecha en Barcelona. Seguían en la jerarquía el Mariscal de Campo D. Melchor de Navarrete, Gobernador de la ciudad, a cuyo cargo quedó la parte administrativa y el abastecimiento de víveres, y el Coronel D. Carlos Des Naux, Ingeniero militar y Director de obras de fortificación, quien actuó primero como Castellano del Castillo de San Luis de Bocachica y luego como Castellano de San Felipe de Barajas. Aunque con algunas discrepancias de criterio en materia estratégica entre Blas de Lezo y el Virrey los cuatro hombres lograron por fin unificar su acción baja la dirección de Eslava y resistir a pie firme el embate inglés.

Años antes Vernon ya había merodeado dos veces Cartagena, y trazando círculos de buitre se había presentado frente a la bahía, pero Lezo lo había puesto en fuga con maestría de consumado marino. En la primera ocasión cerró el puerto con cadenas y situó sus buques en Bocachica para que los ingleses no pudieran entrar sin batirse con ellos e instaló en tierra un grueso cañón de 18 libras de su nave capitana lo que sorprendió al enemigo al contestar con artillería por un lado de la ciudad que consideraban desguarnecido. En la segunda dispuso sus naves de manera que con su fuego se encerrará a los navios ingleses dentro del campo de tiro largo y corto, los cuales de nuevo sorprendidos abandonaron la zona.

Ahora Vernon, envalentonado tras una acción de rapiña en la mal defendida ciudad de Portobelo (Pánama), vuelve con efectivos considerables y escribe a Lezo cartas desafiantes. Éste, como buen vasco, es tozudo y quisquilloso en cuestiones de honor: 'Hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera Usted insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía..."

Vernon despliega la flota bloqueando la entrada al puerto, y tras silenciar las baterías de "Chamba", "San Felipe" y "Santiago" desembarca tropas y artillería. Es tan impresionante el despliegue de barcos en el horizonte que algunos vecinos consideran la situación perdida y procuran ponerse a salvo. Vernon ordena un cañoneo incesante que durará 16 días y noches al castillo de San Luis de Bocachica con un promedio de "62 grandes disparos por hora". El castillo está defendido por 500 hombres al mando de Coronel Des Naux. Por su parte Lezo coloca cuatro de sus navíos, el Galicia, el San Felipe, el San Carlos y el Africa del lado interior de la bahía y en las proximidades del Castillo para apoyarlo con sus cañones. Aunque la defensa de Bocachica fue heroica con Lezo y Des Naux peleando en primera fila los defensores han de evacuarlo ante la abrumadora superioridad enemiga. Lezo hace barrenar e incendiar sus buques para obstruir el canal navegable de Bocachica, cosa que consigue parcialmente ya que el Galicia no coge fuego a tiempo. Sin embargo, se ha logrado retrasar el avance inglés de forma considerable y ello favorecerá el desarrollo de epidemias entre los asaltantes.


Los defensores optaron por replegarse totalmente a la Fortaleza de San Felipe de Barajas, motivo por el cual ni siquiera intentaron la resistencia en el Castillo de Bocagrande. Y muy contra la voluntad de Lezo, que trató de evitarlo hasta el fin pero se vió obligado por disciplina, se hundieron los dos únicos navíos que quedaban, el Dragón y el Conquistador, con el ilusorio objeto de impedir la navegación por el canal de Bocagrande. Pero al igual que en Bocachica, el sacrificio resultó en vano pues los ingleses remolcaron el casco de uno de ellos para restablecer el paso y desembarcaron en las islas de Manga y Gracia dejando a un lado el Fuerte de Manzanillo. Hecho lo cual, un regimiento de colonos norteamericanos al mando de Lawrence Washington tomaron la colina de la Popa próxima ya a San Felipe de Barajas y que había sido abandonada por los españoles.

Vernon entró entonces triunfante en la bahía con su buque Almirante con las banderas desplegadas y el estandarte de General en Jefe escoltado por dos fragatas y un paquebote, y dando la batalla por ganada despachó un correo a Jamaica e Inglaterra con tan fausta noticia. Tras ello ordena el desembarco masivo de artilleria y cañonear el Castillo de San Felipe desde mar y tierra con el fin de ablandar la resistencia final.
La defensa está formada por sólo 600 hombres bajo el mando de Lezo y Des Naux. Éste ya había resistido en Bocachica e iba a batirse de nuevo contra el empuje inglés hacia la fortaleza de San Felipe.

La defensa fue numantina y la batalla violenta. Al fin Vernon resuelve que la infantería tomará fácilmente la fortaleza pues se encuentra con daños considerables. La noche del 19 al 20 de abril se dan los hechos decisivos, los atacantes al mando del General Woork avanzan entre sombras en tres columnas de granaderos y varías compañías de soldados, además de los esclavos macheteros jamaicanos que van en vanguardía. Su progresión es lenta por el pesado equipo de guerra que transportan y por el fuego de fusilería desde las trincheras y lo alto de la fortaleza. El avance se frena ante las murallas ya que por imprevisión la longitud de las escalas para salvar el foso resultan cortas y los atacantes quedan aturdidos al no disponer de fajinas y materiales para facilitar la aproximación al fuerte. Los defensores arrecian en su fuego nutrido y certero desde lo alto, lo que origina una mortalidad espantosa.

Al alba un macabro espectáculo de muertos, mutilados y heridos vagando como espectros aparece alrededor de San Felipe haciendo evidente la hecatombe inglesa. La salida de los españoles que cargan a bayoneta calada provoca la huida desordenada de los asaltantes que pierden cientos de hombres y todos sus pertrechos.

El bombardeó inglés prosigue desde el mar 30 días más sin un objetivo claro, pero el cólera y el escorbuto comienzan a provocar decenas de muertos que flotan en la bahía lo que hace la situación desesperada.
Vernon, altivo y malgeniado, recrimina al parsimonioso General Wentworth, Jefe Supremo de las tropas de desembarco, por el ignominioso fracaso y las desavenencias llegan a un punto insostenible. Al fin el Alto Mando inglés ordena la retirada, lo que se realiza de forma lenta y sin cesar de cañonear la ciudad hasta que "no quedó ninguna vela inglesa". Los últimos veleros parten el 20 de Mayo, pero los ingleses han de incendiar cinco de ellos por falta de tripulación. En el regreso a Jamaica hunden otro y cada barco parece un hospital.

Mientras en Inglaterra se supone como cierta la victoria con arrogancia y orgullosa satisfacción. Aún se desconoce el infausto final y se acuñan medallas conmemorativas mostrando a Lezo arrodillado ante Vernon entregándole la espada con la inscripción "el orgullo español humillado por Vernon". En ellas el vencido aparece con dos piernas, dos ojos y dos brazos para obviar que es un hombre lisiado. En el reverso había seis navios y un puerto, y alrededor la inscripción: "quien tomo Portobelo con solo seis naviós, Noviembre de 1739". Éstas medallas, de las que se conservan algunas todavía, fueron motivo de burla durante mucho tiempo por parte de los enemigos de Inglaterra, "debiendo ser en sus autores tanta mayor la vergüenza cuanto fue mayor su ligereza y arrogancia".

Semanas después Lezo malherido y extenuado por la batalla se hunde en las tinieblas del olvido. Sus últimos momentos se enmarcan dentro de la ingratitud y la amnesia de un camastro en algún hospital de Cartagena. Su cuerpo cercenado se deposita sin honores y se ignora donde esta enterrado.
Vernon, sabedor de la muerte de Lezo, rondó de nuevo Cartagena en 1742 con 56 navios, pero sus espías le informaron de la reparación de las defensas y de la presencia del Virrey Eslava en la ciudad por lo que no se decidió a atacar y partió a enfrentarse al juicio de la historia. Murió en 1757 repudiado y olvidado por su pueblo, y el rey Jorge II prohibió toda publicación sobre el asalto a Cartagena que quedó así sepultado en la historia. Inglaterra no volvió a amenazar seriamente al Imperio español que subsistió un siglo más. España, en cambio, contribuyó añós más tarde al desmoronamiento de las colonias inglesas en Ámerica, hecho que también ha tratado de silenciarse: España en la Guerra de Independencia y Bernardo de Gálvez (1746-1786) .Poco después de ello los ingleses promoverían la figura de Nelson para elevar la moral y el patriotismo ante la amenaza napoleónica.

El asalto a Cartagena de Indias pasó así a ser un anecdótico episodio de mala suerte debido a enfermedades tropicales mal conocidas. El propio Nelson fue en cierto modo víctima de esta conspiración de silencio. Poco después de afirmar que los Dons sabían hacer barcos pero no pelear tuvo que retirarse humillado y sin su brazo derecho tras el intento de captura de Tenerife (Julio de 1797), cosa que también daba por hecha, y entregar su vida en Trafalgar ante los Dons que pelearon de forma valiente bajo un inepto mando francés.

Y los españoles, por contra de los ingleses, somos tan miserables que nos avergonzamos de nuestras hazañas y hurtamos al saber popular figuras como la de Blas de Lezo y Olavarrieta, marino español y vasco de Pasajes (Guipuzcoa). Su legendaria vida, y anónima muerte, contribuyó a cambiar la historia en América y no desmerece frente al mejor guión de aventuras de Hollywood.

Todo lo que se pueda hacer por difundir esta figura silenciada por unos y olvidada por otros parece insuficiente. Su lugar en la historia ha de estar junto a los grandes nombres de la época colonial. Por mi parte sólo espero que mediante esta página contribuya, aunque fuera de forma modesta, a lograr ese objetivo.

http://usuarios.multimania.es/pay/lezo.htm



http://padfranjaver.files.wordpress.com/2008/06/25-puerto-de-cartagena.jpg