martes, 28 de julio de 2009

REARME CIUDADANO CONTRA LOS PODERES FÁCTICOS

Distribución de la renta y estabilidad macroeconómica

Juan Torres López
Tribuna de los servicios a la ciudadanía



La economía es una lucha constante para apropiarse de rentas pero ese aspecto esencial de la vida económica se suele ocultar.

La teoría económica clásica que sirve de base teórica a las políticas liberales afirma que los aspectos distributivos no son un asunto que concierna a la Economía. Y en el discurso de los políticos de esta ideología (en incluso a veces en el de quienes afirman ser más progresistas) se suele afirmar que "primero hay que crecer para luego poder distribuir". Una idea que es completamente engañosa porque lo cierto es que al mismo tiempo que se lleva a cabo cualquier tipo de actividad productiva se están repartiendo ya, en ese mismo instante, las rentas que se generan originariamente (y a las que ya después se podrán añadir las que resulten de la redistribución que haga el estado).

Así, cuando los empresarios reclaman contención salarial para crear empleo o para invertir más, lo que verdaderamente están pidiendo es que aumente su beneficio, sus rentas del capital. Cuando los trabajadores reivindican más prestaciones sociales lo que quieren es recibir más rentas salariales (en forma de salarios indirectos en este caso). Cuando la patronal o los bancos defienden la privatización de las pensiones o que se reduzcan los impuestos, buscan aumentar la parte que reciben de la renta global y cuando los trabajadores quieren leyes más protectoras lo que están buscando es que haya condiciones que les permitan obtener más fácilmente salarios más elevados, una parte más grande de la tarta.

Precisamente por eso, no es posible establecer que una determinada solución distributiva, un reparto determinado de la renta, es mejor que otro o más conveniente o apropiado, como casi siempre nos quieren hacer creer. En cuestiones de distribución no se pueda establecer un criterio objetivo e indiscutible sobre cuál es el reparto más favorable para la economía porque cada uno de los partícipes en el reparto tendrá una idea sobre su bondad. Una idea que dependerá, lógicamente, de la parte que le corresponda o de sus preferencias éticas, del criterio que cada uno tenga sobre lo que es justo o injusto.

Y como la distribución es inseparable de la producción, resulta entonces que ésta, el modo en que se lleva a cabo, tampoco es independiente de nuestra preferencia, de la opción ética que realicemos sobre un resultado distributivo u otro.

Cuando los economistas liberales afirman que la economía no tiene que ver con la distribución, con la ética, lo que buscan en realidad es que no se ponga en cuestión el orden económico establecido por quienes tienen poder para ello y que, lógicamente, suelen ser quienes más se benefician del estado de cosas existente, de la solución de reparto dominante.

Por el contrario, cuando se reconoce que la economía es también, y sobre todo, distribución de la renta lo que se deduce es que el modo de llevar a cabo la actividad económica no es algo neutro o determinado técnicamente, sino que es dependiente de las preferencias éticas dominantes en cada momento, de las preferencias de quienes tengan poder suficiente para imponerlas, más o menos democráticamente al conjunto de la sociedad.

Por eso, la política económica que no responde a una deliberación social previa o que no lleva consigo una discusión explícita sobre sus efectos sobre la distribución de la renta y la riqueza es una deleznable expresión más del totalitarismo.

Pero no solo eso.

La distribución de la renta es una cuestión que tiene que ver con la ética, como acabo de señalar, pero es también algo que influye muy directamente sobre la marcha global de la vida económica, sobre el grado de eficiencia que puede conseguirse y sobre la estabilidad e inestabilidad con que pueden llevarse a cabo los procesos económicos.

Como han demostrado sin ningún tipo de dudas muchos economistas, la distribución de la renta es una determinante esencial de la evolución de variables económicas como el consumo, el ahorro, incluso la inversión y, en consecuencia, también del equilibrio o desequilibrio económico que entre todas ellas puede llegar a darse, así como en la dinámica del crecimiento económico. Además, por supuesto, de determinar el bienestar efectivo de cada sujeto económico que, al fin y al cabo, debería ser el fin último de la actividad y la política económicas.

No es de ninguna manera casual, por ejemplo, que en el último periodo en que se ha producido un deterioro extraordinario del peso de los salarios en el conjunto de las rentas las crisis financieras y monetarias se hayan multiplicado las crisis (96 bancarias y 176 monetarias según el Banco Mundial entre 1973 y 2000); que la mayor recesión desde 1929 se haya producido en Estados Unidos cuando la distancia entre los niveles más altos y más bajos de rentas alcanzaba el nivel máximo desde entonces; o que la mayor destrucción de empleo durante la crisis se produzca España que es el único país de la OCDE en donde el poder adquisitivo de los salarios bajó -un 4%- entre 1995 y 2005.

Más beneficio y rentas del capital han implicado más ahorro y menos salarios y, por tanto, menos capacidad de gasto, menos demanda y menos capacidad potencial de crecimiento. Es decir, más peligro de crisis y recesión económica

En consecuencia, revertir el proceso de incremento de las desigualdades que se viene produciendo desde hace treinta años y lograr un reparto más justo de la renta no es solo una (deseable) aspiración moral. Es también el pre-requisito de la estabilidad macroeconómica futura, la garantía de que la economía no entre en una deriva irreversible hacia la crisis global y permanente y, por supuesto, la única manera de reactivar los mercados y de crear condiciones adecuadas para la creación de empleo e. incluso, de beneficios empresariales que no procedan simplemente de la especulación financiera.

Evidentemente, no se trata tan solo de frenar la financiarización de nuestras economías para regenerar la actividad productiva. Es un paso previo, pero también hay que tener en cuenta que ésta misma es fuente de profundas, injustas e ineficiente desigualdades que, al fin y al cabo, son las que provocan deterioro de la economía real. Se debe tratar de modificar el modo de crear actividad económica para que ésta se lleve a cabo de un modo sostenible, más justo e incluso más eficaz desde el punto de vista de la economía de los recursos que utilizamos para crear bienes y servicios. Es decir, con un reparto más eficiente y equitativo de las rentas.

Y de esto es de lo que en estos momentos habría que hablar para salir de la crisis. No hacer explícita la cuestión del reparto de las rentas no solamente es dar por hecho que se acepta un estado de cosas que ha provocado, por ejemplo, que de 2002 a 2005 solo el 10% más rico de los hogares españoles aumentara sus rentas medias. Es asumir que la salida de la crisis será en falso y que volveremos a repetir los desastres que estamos viviendo.

Los trabajadores, con sus organizaciones sindicales a la cabeza, deberían luchar para que cualquier medida o cualquier acuerdo que se tome en esta coyuntura se inserte en un pacto de rentas que haga posible instaurar otra pauta distributiva. Esa y no otra es la base para cambiar de verdad de modelo productivo y la única posibilidad de abandonar el injusto e ineficiente que hasta ahora ha tenido la economía española.

Juan Torres López es catedrático de Economía Aplicada (Universidad de Sevilla). Su página web: http://www.juantorreslopez.com

NEOCOLONIALISMO: ÁFRICA EN VENTA

Temor en los países pobres por la compra de sus tierras por los países ricos para cultivar alimentos

La compra de tierras de cultivo en países pobres por los países ricos y las corporaciones se está acelerando a un ritmo alarmante, en los últimos meses, el área de tierra de cultivo adquirida, iguala a la de media Europa, según oficiales de la ONU y expertos agrícolas.

Nuevos informes de la ONU y de analistas de la India, Washington y Londres calculan que al menos 30 millones de hectáreas han sido compradas para cultivar alimentos para países como China y los Estados del Golfo quienes no pueden producir suficiente comida para sus poblaciones. Según la ONU la tendencia se está acelerando y puede impedir la habilidad de los países pobres para alimentarse por si mismos.

Los líderes mundiales van a discutir en la cumbre del G8 lo que se ha descrito como “adquisición de tierras” o “neo colonialismo”. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón ha dicho que introducirá el asunto: “Sentimos que debe haber un código de conducta para invertir en tierras de cultivo que sea un situación en que todos ganen, los países que producen y los que consumen.”

El enviado especial para los alimentos del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Olivier De Schutter, dijo que “la tendencia se está acelerando rápidamente. Cada país observa lo que hacen los otros y cuando uno ve que otro compra hace lo mismo”.

La organización de alimentos y agricultura de la ONU y otros análisis calculan que casi 20 millones de hectáreas de tierras de cultivo- un área equivalente a la mitad de tierras cultivables de toda Europa- ha sido vendida o está en proceso en los últimos seis meses. Unas 10 millones de hectáreas fueron compradas el año pasado. La compra de tierras se asocia a países ricos con preocupaciones sobre su seguridad alimentaria.

Algunas de las operaciones más importantes incluyen a Corea del Sur con la compra de 700.000 hectáreas en Sudán, las 500.000 hectáreas compradas por Arabia Saudita en Tanzania y el próximo acuerdo de la Republica Democrática del Congo con empresas de Sudáfrica plantando maíz, soja y también dedicando terreno a la cría de aves y productos lácteos, en total 8 millones de hectáreas.

La India ha prestado dinero a 80 compañías para comprar 350.000 hectáreas en África. Se conocen al menos seis países que han comprado grandes superficies en Sudán, uno de los países donde la seguridad alimentaria es más precaria.

Otros países que han adquirido tierras el último año son: Los Estados del Golfo, Suecia, China y Libia. Los países afectados incluyen no sólo aquellos con tierras fértiles como Brasil, Rusia y Ucrania sino también países pobres como Camerún, Etiopia, Madagascar y Zambia.

De Schutter dijo que después de la crisis alimentaria de 2008, muchos países vieron como las importaciones de alimentos alcanzaron su equilibrio de pagos, “por lo que ahora quieren protegerse así mismos”.

“Esto es especulación apostando por los precios futuros. Lo que estamos observando es que los países están perdiendo la fe en el mercado internacional. Sabemos que la volatilidad aumentará en los próximos años. El precio de la tierra seguirá aumentando. Se están negociando muchos acuerdos. No todos se han completado todavía”.

También dijo que una quinta parte de los acuerdos se espera que se utilicen para plantar agro-combustibles. “Pero es imposible saberlo con certeza ya que no han manifestado públicamente que van a cultivar”.

Algunas de las más grandes compañías de comida, financieras y automovilísticas a nivel mundial han invertido en tierras.

Por ejemplo Alpcot Agro de Suecia compró 120.000 hectáreas en Rusia, la coreana Hyundai ha pagado 6,5 millones de dólares para ser la mayor accionista en Khorol Zerno, que posee 10.000 hectáreas en Siberia del Este, Morgan Stanley ha comprado 40.000 hectáreas en Ucrania. El año pasado la también coreana Daewoo firmó un contrato para el uso de 1,3 millones de hectáreas en Madagascar durante 99 años.

Devinder Sharma analista en el Forum por la biotecnología y la seguridad alimentaria de la India predice conflictos civiles. “Esto asegurará un seguridad alimentaria para los países inversores pero dejará tras de si un reguero de hambre y escasez de alimentos para las poblaciones locales”. “Acompañado de un daño medioambiental consecuencia de un cultivo muy intensivo, suelos agotados, sequía de los acuíferos y destrucción ecológica por culpa de los productos químicos- este es el legado que recibirán los países vendedores”.

El acuerdo de Daewoo en Madagascar provocó un gran malestar en la población influyendo en el cambio del Presidente Marc Ravalomanana. Su sustituto Andry Rajoelina rescindió el acuerdo inmediatamente. Está incrementando la preocupación ya que la mayor parte de las tierras adquiridas poseen agua y están cerca de puertos. Según un informe publicado el mes pasado por el Institute for Environment and Development de Londres los acuerdos por las tierras crean riesgos y oportunidades”.

“El aumento de la inversión puede ser beneficioso en cuanto al crecimiento del PIB y más dinero para las arcas de los gobiernos, también puede crear oportunidades para el desarrollo económico y mejora en los niveles de vida. Pero también pueden suponer que la gente de las zonas pierda el acceso a los recursos de los que dependen para su seguridad alimentaria- particularmente ya que algunos de los países receptores clave se enfrentan a problemas de su propia seguridad alimentaria.” (Concluyen los autores del informe).

Según un thinktank localizado en EEUU, The International Food Policy Research Institute, entre 20 y 30 mil millones de dólares es lo que se gastan los países ricos en tierras situadas en los países en vías de desarrollo.

John VIDAL, The Guardian, en rebelion.org

miércoles, 8 de julio de 2009

ESTIRANDO LA VIDA

Los imponentes moáis tallados en piedra volcánica no son el único tesoro que aloja la isla de Pascua. Una sustancia descubierta en este lugar hace más de 40 años resultó ser uno de los medicamentos más efectivos para evitar rechazos después de un trasplante. Ahora, un equipo de investigadores ha demostrado que ese mismo compuesto también es capaz de alargar casi un 40% la vida de los ratones en edad avanzada.

La sustancia en cuestión es la rapamicina (cuyo nombre proviene del nombre original de la isla de Pascua, Rapa Nui). Según el estudio, que publicó ayer Nature en su edición digital, este compuesto alargó la vida de los ratones hembra hasta un 38% y la de los machos hasta un 28% en comparación con otros animales que no recibieron el tratamiento. Esto equivaldría a una extensión de 8 a 12 años de vida en humanos, explica a Público David Harrison, investigador del Jackson Laboratory (EEUU) y uno de los autores del estudio.

El equipo usó familias de ratones con gran variedad genética que tenían 600 días de vida, equivalentes a 60 años en humanos, señala Harrison. "Ninguna otra sustancia ha sido tan efectiva cuando el tratamiento se inicia a tan avanzada edad y en poblaciones tan diversas", destaca.

El trabajo es un proyecto del Instituto Nacional de Envejecimiento de EEUU, en el que se analizarán sustancias que tengan potencial para alargar la vida. Los experimentos se realizaron simultáneamente en tres departamentos del Jackson y en las universidades de Michigan y Texas.

publico.es

lunes, 6 de julio de 2009

PENDEJOS (IMBÉCILES)

Mi abuela decia:

¡Habría que acabar con los uniformes que le dan la autoridad a cualquiera!

¿Qué es un general desnudo?

¡Y tenía razón! Y tenía derecho a hablar de esto, porque estuvo casada con un coronel que era realmente un hombre valiente, sólo le tenía miedo a algo: A LOS PENDEJOS.

Un día le pregunté por qué y me respondió:

Porque son muchos y no hay forma de cubrir semejante frente.

Y por temprano que te levantes a donde quiera que tú vayas,ya está lleno de pendejos, y son peligrosos porque, al ser mayoría, ¡¡¡eligen hasta al Presidente....!!!!

Los hay de toda categoría por ejemplo ésta:

El pendejo informático:

que es un pendejo computado.


El pendejo burócrata:

que es oficialmente pendejo.


El pendejo optimista:

que cree que no es pendejo.


El pendejo pesimista:

que cree que es el único pendejo.


El pendejo esférico:

que es pendejo por todos lados,


El pendejo fosforecente :

porque de noche se ve, que por allá viene un pendejo.


El pendejo de referencia,

Alberto, ¿dónde estás?

aahhhh ya te vi, al lado del pendejo de la chaqueta gris.


El pendejo consciente:

porque él sabe que es pendejo.


El de sangre azul ,

porque es hijo y nieto de pendejos.


Y el más peligroso de todos:

El pendejo demagogo,

que cree que el pueblo es pendejo.

Facundo CABRAL