jueves, 28 de mayo de 2009

DIRECTIVOS PSICÓPATAS

El profesor Robert Hare de la Universidad
de British Columbia ha sugerido que los
recientes escándalos en algunas grandes
empresas, como Enron y WorldCom, se
deben al comportamiento patológico de sus
dirigentes. Cree que estos problemas se
habrían podido evitar si estas personas se
hubieran sometido a alguna prueba para
detectar este rasgo de su conducta antes
de asumir altas responsabilidades. Dado
que estas pruebas se aplican de forma ru-
tinaria a los candidatos a policías, bombe-
ros, maestros de escuela, operadores de
plantas nucleares y otras profesiones, ¿por-
qué no hacerlo también con estos directi-
vos que van a manejar miles de millones
de dólares?
Este artículo pretende llamar la atención
sobre este asunto que no es ajeno a nues-
tras empresas europeas. Todo empezó en
agosto de 2002. En una convención de
policías el profesor Hare hablaba de mafio-
sos y criminales psicópatas mientras pro-
yectaba sus fotos en una gran pantalla. En
cierto momento empezaron a verse fotos
de altos directivos involucrados en los es-
cándalos de WorldCom y Enron, que poco
después serían condenados por la justicia
a largas penas de cárcel. La prensa divulgó
esta anécdota y a partir de entonces se
empezó a hablar de directivos psicópatas.
La idea del profesor Hare resultaba intere-
sante ya que podía aportar la explicación
que se buscaba a estas conductas inespe-
radas e inquietantes. Desde entonces han
aparecido numerosas publicaciones sobre
el tema, incluida una nota de la Harvard
Business Review en 2004.
El perfil de los directivos psicópatas des-
crito por el profesor Hare se puede resu-
mir en los cuatro rasgos siguientes:
Son personas sin conciencia que solo
buscan su propio interés: fríos, duros, y ab-
solutamente insensibles a los sentimientos
ajenos y al daño que causan a los demás.
Nunca muestran arrepentimiento por su
conducta que puede llevar a sus victimas a
perder su trabajo y sus ahorros, a enfer-
mar o incluso a suicidarse.
Un ejemplo que se cita de este compor-
tamiento es de Al Dunlap, que despidió
con el beneplácito de Wall Street a 11.000
trabajadores de Scott Paper y a 6.000 de
Sumbean (la mitad de la plantilla). Cuan-
do estas medidas fracasaron falsificó la
contabilidad para poder anunciar benefi-
cios. En el plano de su vida privada, Dun-
lop se negó a asistir al funeral de sus pa-
dres y solía amenazar a su mujer con pis-
tolas y navajas.
Tienen un concepto grandioso de su
valía personal que les hace sentir por enci-
ma de los demás y de cualquier norma.
Esto y su falta de sentimiento de culpa hace
que fracasen los todos los intentos por cam-
biar su conducta, ya que no ven ninguna
razón para hacerlo, pues se sienten muy
satisfechos de ser como son.
Parece que así era Armand Hammer, un
magnate del petróleo que se auto postuló
para el Premio Nóbel de la Paz sin conse-
guirlo. También Andrew Fastow que pre-
sionó a sus jefes para que le nombraran
director financiero de Enron, aunque sus
conocimientos contables y financieros eran
muy rudimentarios. Después de conseguirlo,
pidió al departamento de relaciones públi-
cas de su empresa que se volcara para
conseguir que una revista profesional le
designara como el CFO del año. Cuando
Enron se vino abajo fue condenado a diez
años de cárcel y a devolver 24 millones de
dólares, una ínfima fracción de los miles de
millones que hizo perder a los accionistas.
Son mentirosos compulsivos y manipu-
ladores muy hábiles. Falsifican pruebas y di-
vulgan rumores sin fundamento para hun-
dir a sus victimas. Crean discordia y enfren-
tamiento entre sus colegas si les puede re-
portar algún beneficio. Nunca aceptan sus
propios fallos que intentan desviar hacia
otras personas. Negarán incluso cualquier
prueba que les incrimine por clara que sea.
Cuando Al Dunlop, del que ya hemos
hablado antes, quedó en evidencia y fue
despedido, se atrevió a pedir una indem-
nización por despido y solicitó al Consejo
que mejorara el precio de sus opciones de
compra de acciones.
Son personas de trato amable y muy
grato. Saben como deslumbrar y seducir a
sus interlocutores. Fingen muy bien emo-
ciones que no sienten para llegar a los de-
más y manipularlos. Son grandes actores,
muy convincentes, lo que les permite en-
mascarar perfectamente su verdadera na-
turaleza.
Esto se decía de Louis B. Mayer, presi-
dente de la Metro Goldwyn Mayer, que te-
nía fama de ser mejor actor que cualquie-
ra de las estrellas que contrataba.
Llegado a este punto, cualquiera puede
sentir una sensación de incredulidad ante
esta descripción y preguntarse: ¿Puede existir
realmente alguien así? La respuesta es cla-
ramente afirmativa. Martha Scout, profeso-
ra del Centro Médico de Harvard, dice: Va
contra nuestra intuición que un pequeño
porcentaje de personas pueda ser tan di-
ferente de los demás y tan malvado. La gen-
te de bien no quiere creerlo. No se conoce
con exactitud el porcentaje de psicópatas
en el mundo real. Algunos como el profe-
sor Hare hablan del 1% de la población
refiriéndose a Canadá, mientras que otros
como Martha Stout elevan esta cifra hasta
un inquietante 4% en Estados Unidos. Sí
hay acuerdo en admitir que estos porcen-
tajes, cualesquiera que sean, son mayores
en las empresas, ya que éstas se convier-
ten en un centro de atracción para los psi-
cópatas por las oportunidades que les ofre-
cen de poder y de manejo de personas.
Un problema con los directivos psicópa-
tas es que pueden ser confundidos con
grandes líderes, ya que ambos suelen re-
unir una serie rasgos comunes que mu-
chos aprecian y admiran (carismáticos, bri-
llantes, hábiles, duros, persuasivos, etc.).
Normalmente, son candidatos claros para
ser promocionados y pueden llegar a ha-
cer una carrera muy rápida; pero junto con
su brillantez aflorará su conducta destructi-
va antes o después. Si les van bien las co-
sas sus jefes o el Consejo pueden estar
dispuestos a pasar por alto los aspectos
más negativos de su comportamiento y el
daño que habrán empezado a ocasionar
a otras personas. Por el contrario, si sus
resultados no son buenos intentarán ocul-
tarlos usando cualquier procedimiento, tra-
tarán de responsabilizar a otros de su fra-
caso, y buscarán cambiar de actividad an-
tes de que el engaño se descubra. Ade-
más, siempre tendrán a su favor la resis-
tencia de muchas personas a reconocerlos
como realmente son.
Otra variedad patológica es la del directi-
vo narcisista. El narcisista se diferencia del
psicópata en que se cree llamado a desa-
rrollar una gran misión para ayudar a la
humanidad, mientras que el psicópata solo
trabaja en beneficio propio. El narcisista in-
tenta ayudar a la humanidad en abstracto,
aunque puede destrozar a la gente que
tiene a su alrededor. Su enorme egolatría le
impide escuchar o aceptar cualquier crítica;
pero, a pesar de todo, tiene la habilidad de
atraer a un gran número de entusiastas
seguidores.
Aunque la gran mayoría de las empresas
se ha mantenido al margen de cualquier
escándalo y cuenta con equipos directivos
honestos y eficientes, la conducta de estos
casos patológicos ha contribuido a sem-
brar la desconfianza hacia el mundo de los
negocios. Una encuesta reciente pone de
relieve que el 43% de los americanos pien-
sa que los altos directivos están en las em-
presas únicamente para buscar su propio
beneficio. Esta percepción parece estar
mucho más extendida en Europa donde,
por ejemplo en el Reino Unido, esta cifra se
eleva a un 95%. Con este telón de fondo
no sorprende que haya cada vez más críti-
cos que creen que las empresas solo bus-
can su propio beneficio sin ningún respeto
moral o legal para sus empleados, el me-
dio ambiente o la sociedad en su conjunto,
y que proponen cambios radicales en las
reglas del juego que suponen derribar el
sistema de economía de mercado.
Los directivos psicópatas causan un daño
incalculable a las empresas pudiendo llegar
a destruirlas. Ante esto conviene que las
escuelas de negocios y las empresas afron-
ten el problema con determinación y firme-
za. Hay universidades, por ejemplo, que han
invitado a líderes narcisistas o psicópatas a
pronunciar lecciones magistrales en sus
aulas, tal vez sin percatarse de lo que ha-
cían. Otras, cuentan con profesores que
aconsejan que los directivos tengan ciertos
rasgos de personalidad patológica para así
ser mejores. Actitudes tolerantes como és-
tas resultan muy peligrosas y complican el
problema.
Las empresas corren riesgos mucho ma-
yores. El procedimiento habitual del nom-
bramiento de un alto directivo, en el que el
Consejero Delegado lo propone al Conse-
jo, puede ser un coladero para un directivo
psicópata. Muchas veces el Consejo no lo
conoce, y cuando es conocido suele ser
porque este directivo ya ha hecho su tarea
a conciencia para ganarse a los consejeros.
Muchas empresas podrían aprender de
otras organizaciones que han conseguido
resolver este problema para mejorar así
estos procedimientos.
La escuela de negocios de Stanford, por
ejemplo, antes de otorgar una cátedra a
un profesor manda una carta solicitando la
opinión de los que lo han podido conocer
bien, como antiguos alumnos del MBA, can-
didatos doctorales, colaboradores suyos,
otros profesores, etc. La información recibi-
da se trata con confidencialidad absoluta, y
si en su conjunto no es suficientemente
satisfactoria se desestimará la promoción del
profesor. El sistema funciona: será difícil
encontrar a un psicópata en las organiza-
ciones que sigan esta norma.
Las empresas podrían formalizar algún
procedimiento parecido. No es difícil des-
enmascarar a un directivo psicópata con
cierta experiencia a sus espaldas si se cuenta
con la opinión de sus antiguos subordina-
dos y compañeros. En estos casos, la opi-
nión de los que han dependido de él sue-
le contener mucha información que se ig-
nora pero que ayudaría a diagnosticar co-
rrectamente a estas personas. Por otra parte,
hay cada vez más normas para evitar que
los responsables de la contratación de nue-
vos empleados sean manipulados, como
la de revisar cuidadosamente los datos del
currículum vitae para detectar posibles fal-
sedades o distorsiones y contrastar bien las
referencias que aportan.
La aparición de un directivo psicópata
en nuestra vida profesional es una des-
gracia, pero hay formas de protegerse ante
este problema. Una de ellas es la selección
de la empresa en la que se va a trabajar. A
falta de información más concreta, hay que
ser cuidadoso con el tipo de empresas
donde los psicópatas prosperan como las
que están orientadas solo a los resultados
económicos excluyendo casi todo lo de-
más, las que tienen objetivos de crecimiento
desmesurado, las que operan en un en-
torno inestable y caótico con negocios en
fuerte cambio y las que tienen directivos
que les gusta aparecer con frecuencia en
los medios de comunicación con manifes-
taciones triunfalistas. Con frecuencia, este
tipo de empresas suele tener una evolu-
ción brillante en sus beneficios a corto pla-
zo lo que contribuye a ocultar sus defi-
ciencias. Los procesos de fusión suelen
favorecer también la aparición de directi-
vos psicópatas.
Por el contrario, hay empresas menos
propicias para este tipo de directivos, como
las controladas por un empresario empren-
dedor, las de sectores maduros, más tran-
quilos y consolidados, y también las de los
servicios profesionales gracias a su configu-
ración de poder basada en un grupo de
directivos-propietarios que suele ser eficaz
para excluir a estas personas. En estos ti-
pos de empresa el psicópata no encuentra
las emociones ni el estímulo constante que
busca, le parecen demasiado aburridas y,
además, le resulta mucho más complicado
desarrollar su tarea.
En cualquier caso, la mejor protección
ante un directivo psicópata es poder iden-
tificarlo a tiempo. Las personas que más
los sufren son las que no se han dado
cuenta de la situación en la que están, ya
que acaban siendo manipuladas con faci-
lidad y se atormentan al no encontrar nin-
guna explicación lógica a lo que les está
pasando. Si uno sabe, sin embargo, que
se está ante uno de estos directivos, no
podrá hacer nada para que cambie pero
sí que deberá ser cauto y ajustar su acti-
tud y conducta hacia él. La clave es recor-
dar que a los psicópatas no se les puede
dar el mismo trato que a los demás por-
que son radicalmente distintos.

Juan PALACIOS
Profesor visitante del Área de Política De
Empresa del Instituto Internacional San Telmo
Directivos psicópatas

sábado, 23 de mayo de 2009

EL RIESGO MORAL


Stephanie BENNET

En economía se habla de mercados perfectos cuando los agentes que intervienen en él tienen un conocimiento igual de la realidad, pero cuando uno sabe demasiado y el otro, muy poco, el acuerdo se hace imposible. A esto se le llama tener “información privilegiada o asimétrica”. Un ejemplo de esto lo encontramos en los mercados de seguros. Como las aseguradoras saben menos que los asegurados tratan de mejorar su información con el fin de conocer mejor los costes de suministro del seguro. Esta asimetría produce otro inconveniente no menos importante: el riesgo moral. El concepto queda ilustrado en la siguiente frase: “si compensas a las personas cuando les sucede algo malo, quizás sean menos cuidadosas”.

Observemos la vida cotidiana. Si el coche está asegurado contra el robo puede que no me importe aparcarlo en cualquier sitio, pero si no lo está, puede que prefiera un parking. Si me quedo en el paro y el Estado me ayuda puede que no busque otro trabajo igual que si no contara con ella. En la sociedad en que vivimos el riesgo moral es un problema inevitable. No obstante, si bien es imposible evitarlo por completo se puede intentar reducir. Aseguradoras y Gobiernos tratan de protegerse contra él.

En el ámbito privado hay varios mecanismos. La búsqueda del beneficio hace que las empresas no ofrezcan seguros contra el embarazo o contra el desempleo, porque resulta evidente que es fácil concertar el despido o quedar embarazada. También opera el seguro de cobertura parcial con franquicia. Esta trabaja como un incentivo para reducir el riesgo moral porque intenta que el asegurado tenga un poco más de cuidado. En el ámbito público, a pesar del riesgo moral, la mayoría de los países occidentales han consolidado la ayuda al desempleo. ¿Están todos los países equivocados? Evidentemente, no.

Si un Gobierno se ahorrase las ayudas, este seguiría teniendo parados porque estos dependen de causas objetivas económicas. Los Gobiernos cuando abonan el subsidio de desempleo piensan que lo hacen con la condición de que los beneficiarios estén buscando activamente trabajo, pero como son conscientes de la dificultad del control, prefieren satisfacer una exigua prestación durante un cierto tiempo. Si los Gobiernos pudieran medir el afán de búsqueda del trabajo podrían mejorar la prestación. Si pudieran condicionar la prestación a la formación, facilitarían la recolocación. Si implantaran severas medidas de control aquélla podría destinarse a quien lo necesitara realmente. Son situaciones que se compensan: es malo fomentar el desempleo, pero es bueno ayudar a quien no tiene ingresos. Un dilema para el que no existen formulas mágicas. Ante tanta incertidumbre hay algo cierto: ayudar a quien no tiene trabajo es algo propio de toda sociedad civilizada, porque si no podemos sufrir la maldición orteguiana: toda realidad que se ignora prepara su venganza.

TONICO
Diario RC

NO ESPERES

No esperes que un hombre muera
para saber que todo corre peligro,
ni a que te cuenten los libros
lo que están tramando ahí fuera.

No esperes a que te den los planos
para satisfacer tu curiosidad,
ni a que el aire también sea de pago
para gozar el placer de respirar.

No esperes golpes de suerte,
seguirás a su merced
mientras haya gente que
trafique con la muerte.

No esperes de ningún modo
que se dignen consentir
tu acceso al porvenir
los que hoy arrasan con todo.

No esperes a que se acaben
para desear las cosas más que nunca
ni a responder las preguntas
cuando los otros se callen.

No esperes el consentimiento
ni a que te proporcionen un manual,
ni a que el horóscopo te sea propicio,
ni a que el cielo te mande una señal.

Joan MANUEL SERRAT

viernes, 22 de mayo de 2009

LOS AFORISMOS DE WITTGENSTEIN EN EL TRACTATUS

1. El mundo es todo lo que es el caso.
Die Welt ist alles, was der Fall ist.
2. Lo que es el caso - un hecho - es la existencia de estados de asuntos.
Was der Fall ist, die Tatsache, ist das Bestehen von Sachverhalten.
3. Una representación lógica de hechos es un pensamiento.
Das logische Bild der Tatsache ist der Gedanke.
4. Un pensamiento es una proposición con significado.
Der Gedanke ist der sinnvolle Satz.
5. Una proposición es una función de verdad de las proposiciones elementales. (Una proposición elemental es una función de verdad de sí misma).
Der Satz ist eine Wahrheitsfunktion der Elementarsätze.
6. La forma general de una función de verdad es: [p, ξ, N(ξ)]. Esta es la forma general de una proposición.
Die allgemeine Form der Wahrheitsfunktion ist: [p, ξ, N(ξ)]. Dies ist die allgemeine Form des Satzes.
7. Sobre lo que no podemos hablar debemos guardar silencio.
Wovon man nicht sprechen kann, darüber muß man schweigen.

EL DESENCANTO

Al amanecer los niños montaron en sus triciclos,
y nunca regresaron.

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Los niños partieron con sus triciclos al amanecer.
Nunca más se los volvió a ver.


atribuido a Michi PANERO, aunque esto, creo, son variaciones.

miércoles, 20 de mayo de 2009

SÓLO PARA HOMBRES



El Monte Athos es, probablemente, el lugar más impenetrable de Europa. Las mujeres y los animales hembra tienen prohibida su entrada, y los hombres precisan un permiso de ardua obtención para acceder a él.

La Península de Calcídica, o Khalkidhiki, en el Mar Egeo, se compone de tres “dedos”: Kassandra, Khersonisos Sithonia, y el tercero es llamado Ágion Óros, o Monte Athos, un lugar religioso cuyo primer monasterio cristiano fue fundado en el siglo IX. Actualmente la población es de alrededor de 1600 monjes, pero en el pasado albergó a 5000. Además de los veinte monasterios oficiales también existe lo que se llama “skites”, o casas de monjes en el territorio de cada abadía (que en general son Griegas, aunque también se hallan dos skites Rumanas), y ermitas donde los monjes ayunan y realizan sus plegarias al Todopoderoso.

La entrada al Monte Athos se hace normalmente por ferry desde el puerto de Ouranoupoli, para los monasterios en la costa occidental, y desde Lerrisos para los de la costa oriental. Para entrar allí se debe tener una clase de visa otorgada por cuatro de los secretarios de los monasterios principales. Los peregrinos sólo se podrán quedar una noche en cada monasterio y tiene que reservar su cama y su viaje en el ferry tanto de ida como de vuelta.

Los monjes de este monte creen que la presencia de mujeres altera las dinámicas sociales de la comunidad por lo que su entrada se encuentra totalmente prohibida, incluso los animales domésticos hembras no son permitidos, exceptuando los gatos y las gallinas. Así que este es un destino exclusivo para los hombres que quieran hacer su peregrinación a este lugar.

sábado, 16 de mayo de 2009

AMARRADO AL DURO BANCO

CANTÉ EL DOLOR, LLORANDO LA ALEGRÍA

El poeta y dramaturgo madrileño Gabriel Bocángel (1603-1658) es el último gran versificador de la escuela culterana. Su estilo es más refinado y menos oscuro que el de su maestro Góngora. Expresó con especial sensibilidad y melancolía el tema del paso del tiempo.

HABLANDO EL AUTOR CON SUS ESCRITOS

Ocios son de un afán que yo escribía
en ruda edad con destemplada avena;
arbitrio del amor, que a tal condena
a aquel que la templanza aborrecía.

Canté el dolor, llorando la alegría,
y tan dulce tal vez canté mi pena
que todos la juzgaban por ajena,
pero bien sabe el alma que era mía.

Si de todos no fuereis celebradas,
voces de amor, mirad mi pensamiento:
veréis que no mejor fortuna alcanza.

Ningún discreto os llame malogradas,
que, si os llevare solamente el viento,
allá os encontraréis con mi esperanza.

La lira de las musas, 1637.

lunes, 11 de mayo de 2009

RUBIROSA: SI LLEGA EL AMOR, QUE TE ENCUENTRE AMANDO



Porfirio Rubirosa tuvo siempre la convicción de que la vejez nunca lo tocaría.

Sentía terror cuando pensaba, que algún día tendría que retirarse de ese mundo de derroche, mujeres, parrandas y lujo al que siempre estuvo acostumbrado. Por eso no ha de extrañar a muchos, que la muerte de Rubi haya sido un suicidio, y no un accidente de tránsito. “Antes muerto que aburrido”, solía decir.

Rubi, como lo llamaban cariñosamente, nació dentro una familia de clase media en la República Dominicana. Los primeros años de su vida los pasó en Francia. Tenía la virtud de caerle bien no sólo a las mujeres; también era admirado por muchos hombres de su época.

Un día jugando polo, su deporte favorito, Rubi impresionó de tal manera al dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo que éste lo nombró para el cuerpo de ayudantes militares de la Presidencia.

En esos tiempos conoció a Flor de Oro, su primera esposa, hija del dictador. Después del matrimonio fue enviado por Trujillo a Bélgica y de ahí a París, como diplomático.

“Será un gran diplomático, porque tiene gracia para la mujeres y además es un gran mentiroso", había dicho Trujillo, al momento de designarlo.

José Luis Vilallonga en su artículo “That Man”, dice que “Rubirosa tenía un truco encantador cuando hablaba con quien fuera, hombre o mujer. Parecía que el resto del mundo perdía todo interés para él”.

Una vez, cuenta Vilallonga en el mismo artículo, a Barbara Hutton (su esposa) se le rompió una prótesis que usaba en los dientes, mientras cenaba en un restaurant con el famoso “Play Boy”. De inmediato Rubi hizo una lista de cien hoteles y restaurantes en todo el mundo donde Barbara usualmente iba o podría ir y envió a cada uno de ellos una réplica de la prótesis; años después, estando ya separados, ella sufrió un accidente similar en otro hotel y el mesero le pasó a la señora el diente envuelto en papel de plata. Así era de detallista.

Elsa Maxwell, desaparecida cronista de sociedad dijo sobre Rubi que “cualquier hombre podría aprender sobre las mujeres observando a Rubirosa, porque básicamente su magnetismo es sólo cuestión de cortesía y consideración hacia todas las mujeres, jóvenes o viejas, bellas o no.”

Zsa Zsa Gabor comentó un día ...“es el tipo de hombre que destrozaría paredes con las manos para llegar a una mujer.”

El hecho de que fuera estéril, de estatura pequeña, cinco pies y nueve pulgadas, no afectó en nada su vida de “don Juan”, muy por el contrario, las mujeres lo asediaban.

Truman Capote describió en su novela inconclusa “Answered Prayers”: “El principal atributo de Rubi es una macana café con leche de once pulgadas, tan grueso como una muñeca de hombre”. Su constante estado de erección le ganó el nombre de “siempre listo”.

Su segunda esposa fue Danielle Darrieux, en ese entonces, la actriz mejor pagada de Francia. Fue precisamente en una entrevista, que la actriz concedió, donde Rubi conoció a la reportera Doris Duke, heredera de una fortuna de más 100 millones de dólares y quien tiempos más tarde se convertiría en su tercera esposa. Días después de la entrevista, Doris le envió un telegrama diciéndole "cuando termines con Danielle llámame."

Otra anécdota dice, que estando Rubi con Doris en un hotel en Francia, éste fue a comprar cigarrillos para ella, encontrándose en el camino con Manóuche, una vieja amiga y amante, ésta lo convenció de tomarse un trago antes de comprar los cigarrillos; pasaron tres días antes de que Doris se encontrara de nuevo con su esposo.

Luego del rompimiento con Doris volvió casarse, esta vez con Barbara Hutton, a quien los periodistas de sociales le llamaban “la pobre niña rica”, por su delicado estado de salud. Barbara era la mujer más rica de ese tiempo. Dueña de la cadena de tiendas Cinco y Diez. Pero el matrimonio duró menos de dos meses. Rubi justificó el divorcio diciendo “esa mujer quiere estar todo el día en la cama y criticando mi estilo de vida".

Por último contrajo matrimonio con una joven francesa, de 19 años, Odile Rodin, actriz a la cual le llevaba 31 años.

Entre las muchas mujeres que pasaron por sus vidas se conocen a Eva Perón, Ava Gardner, Marilyn Monroe, Jayne Masfield, Verónica Lake, Dolores del Río, Zsa Zsa Gabor y Eva Gabor entre otras.

Rubi era tan delicado con las mujeres que aún divorciándose de ellas nunca rompía la amistad; muy por el contrario algunas, como es el caso de Barbara, continuaban haciéndole exquisitos regalos.

Una vez proclamó y juró que viviría un estilo de vida a la altura de su reputación. “El niño bien ” como también se le conocía a Rubi decía que “la mayoría de los hombres viven para ahorrar dinero, yo vivo para gastarlo”. Esto lo llevó a una vida de despilfarro. Según algunos amigos, en promedio, él gastaba dos millones de dólares al año. En una ocasión llegó a pagar doscientos mil dólares por un avión, dinero que sacó de la cuenta personal que le había regalado Barbara Hutton con doscientos cincuenta mil dólares.

A los 56 años, con la habilidad de "don Juan" en decadencia y con la perspectiva de vivir en la pobreza, tomó su carro Ferrari descapotado y lo chocó contra un árbol en la avenida de la Reina Margarita en París. Era el 5 de julio de 1965 cuando los hilos dieron la noticia sobre la muerte del más famoso “Play Boy” que ha conocido el mundo.

José Ignacio REYES

domingo, 10 de mayo de 2009

TASMANIA: OTRO EJEMPLO DE LA DEPREDACIÓN ANGLOSAJONA

Aunque el fin de esta raza sea un capítulo poco honroso para los colonizadores europeos (británicos), es preciso historiarlo sin atenuar las faltas de los civilizados. Al ocupar formalmente la isla los ingleses a principios del siglo pasado (XIX), el número de sus pobladores era muy reducido, de 2.000 a 7.000 habitantes según los diferentes cálculos, pero de cierto no pasaban de esta última cifra. Las enfermedades cutáneas causaban ya entre ellos fuertes estragos y la natalidad era muy débil, de manera que los europeos (los británicos) sólo aceleraron su fin.
Los tasmanios no opusieron la menor resistencia a la ocupación de su tierra y nunca agredieron a sus implacables enemigos, pero los colonos se quejaban del daño que causaban en sus plantaciones. En efecto, los míseros indígenas encontraban más fácil buscar el sustento en estos lugares que en sus bosques, y como los perros vagabundos acuden a la proximidad de las casas, ellos merodeaban junto a los poblados europeos (británicos), apropiándose cosas comestibles. Hay que creer que los daños que causaban no serían muy grandes a causa de su corto número, pero determinaban fuertes represalias. En 1830 fueron puestos a precio: cinco libras por un adulto vivo o muerto, y dos por un niño; se mataron muchos, y, en cambio, se hicieron muy pocos prisioneros. Uno de los colonos que se distinguió más por su destreza y ferocidad en la caza, Robinson, fue objeto de honores y premios. Para acabar con ellos, los colonos organizaron una expedición que debía cruzar toda la isla formando una línea ininterrumpida que debía cortar todos los caminos naturales y empujar a los indígenas hacia una pequeña península donde, en teoría debían ser acantonados, y acaso, en realidad, exterminados; pero cuando la expedición llegó a su término no encontró a nadie. Todos los tasmanios, hábiles conocedores del país, se habían escurrido por las estrechas mallas de la fila de los expedicionarios. Estos procedimientos tan poco humanitarios disminuyeron su número en forma notoria. Una tribu que en 1824 constaba de 340 individuos, en 1847 comprendía sólo 44. Después fueron acantonados voluntariamente y sin gran esfuerzo en la isla Flinders, y hasta se mostraron agradecidos de esta medida, pero el alcohol y otras causas continuaron abriendo brecha en sus filas: en 1869 moría el último hombre tasmanio y en 1876 la última mujer, una vieja de edad ya avanzada.

Pedro BOSCH GIMPERA, en Las razas humanas

sábado, 9 de mayo de 2009

EL INNOMBRABLE

EL TÍO DE LA VARA

Nada, Aznar no se calla ni debajo del agua, y ayer salió para enturbiar el cambio político en el País Vasco, para ponerse él otra medalla diciendo que fue Mayor Oreja el que "encendió la antorcha" en el 2001, cuando fue más bien al contrario, porque Mayor fue el que provocó un feroz incendio con el nacionalismo, perdió aquellas elecciones, se ausentó de la votación de los Presupuestos y al final se quedó con las ganas de ser el sucesor del señor del bigote, el nuevo tío de la vara, el vengador del pueblo del humorista José Mota. Este Aznar que no soporta los éxitos de Rajoy, y que machacó a su partido en el País Vasco con ayuda de María San Gil y el discursito de los principios y los valores, o de la bronca permanente, que eso es lo suyo, mientras enseña la vara para medir los costillares de propios y extraños.

Tras la reciente victoria del PP de Rajoy en Galicia, Aznar convocó una foto de su primer Gobierno, como si él hubiera sido el triunfador, y ahora suelta el canto a Mayor Oreja en vez de elogiar a Rajoy y Basagoiti, que han sido los artífices del cambio en Euskadi en compañía de Patxi López, aunque este último le escamotee sus méritos al PP.

El otro día Aznar declaró que Rato, su ex vicepresidente, fue el mago de las finanzas y, entonces ¿por qué no lo nombró su sucesor? O ¿por qué Aznar, el tío de la vara, no nombró su sucesor a Mayor Oreja, el tío de la antorcha? Pues porque finalmente se decidió a nombrar a Rajoy, pensando quizás que, si era Rajoy quien ganaba las elecciones, el que mandaría en España y en el PP sería él, desde las bambalinas de FAES. Porque si gobernaba Rato, quien mandaba sería Rato, y si gobernaba Mayor, mandaría Pedro J.

O sea, que Aznar escogió a Rajoy para llevar después a su pupilo a la derrota electoral del 2004 con las mentiras de Iraq y las del 11-M, y posteriormente para no dejarlo vivir en esa legislatura con la conspiración de las lejanas montañas y remotos desiertos y enredarlo, con ayuda de Acebes y Zaplana, en una nueva derrota en el 2008. Y, después de todo, y tras echarle a Rajoy un jarro de agua fría en el congreso valenciano del PP, donde el tío de la vara, Aznar, se presentó bronco como un jeque kuwaití con el avión privado de un amigote multimillonario, pues después de todo esto, y cuando ya parece que Rajoy empieza a levantar cabeza, llega Aznar con la vara en ristre y no para de despotricar contra Rajoy -y en este caso contra Basagoiti- para que el PP pierda la imagen recuperada del centro.

Pero qué le pasa. Lo hemos dicho hace poco pero vamos a insistir. Aznar quiere volver y sueña con un batacazo de Rajoy en las europeas para saltar con la vara en la mano sobre la presidencia del PP, con la ayuda de la clac mediática de la extrema derecha, la que desde hace unos meses no para de jalearlo y azuzarlo.

Y ya que dice lo de la antorcha del 2001, vamos a explicar dónde se inicia el principio del fin del aznarismo y la pérdida del poder por parte del PP. Fue, precisamente, tras las elecciones generales del año 2000 donde el PP logró la mayoría absoluta y dijo: "Voy a ser yo". Y se le escapó el franquito que llevaba dentro, liquidó la moderación, arruinó sus pactos con CiU y PNV -como si las mayorías absolutas fueran a ser eternas-, cesó a Álvarez-Cascos de la vicepresidencia primera del Gobierno, se enamoró de Bush, se fue a la guerra de Iraq, con su pequeña "división azul" y un saco de mentiras, se montó una boda imperial -para su niña- en El Escorial, montada por el clan de los Correa, y finalmente se metió en otro saco de mentiras sobre el 11-M, negando la autoría islámica, y el pueblo sabio y soberano le dio al tío de la vara una patada en el trasero de Rajoy.

La cuestión es muy sencilla, si la derecha española tiene dificultades para lograr mayoría por la competencia del nacionalismo conservador en el País Vasco y Cataluña, y si gobernando con CiU y PNV y con moderación el PP sacó mayoría absoluta, ¿por qué Aznar cambió la fórmula triunfadora? Pues porque quería ser él, y se hundió y hundió al PP y nos trajo el regalito de Zapatero, que es otro invento suyo. Y cuando parece que ahora se desinfla el Bambi de la Moncloa, llega el tío de la vara y se pone a inundar con sus soflamas y sus terroríficas fotos los medios de comunicación. ¿A dónde quiere llegar? Pues a la Moncloa, pero eso Aznar, el tío de la vara, ya no lo va a lograr.

Marcello, en estrelladigital.es, el 5-5-2009

DIVERGIENDO

Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé qué Dios es el mío
ni cuáles son mis hermanos.

Chicho SÁNCHEZ FERLOSIO

CODA AL ROMANCE DEL PRISIONERO

Cárcel tengo por fuera,
cárcel por dentro,
voy vagando y vagando,
puerta no encuentro:
tener no me importara
cárcel por fuera,
si la de aquí adentro,
salir pudiera.

Chicho SÁNCHEZ FERLOSIO