martes, 2 de diciembre de 2008

THE GREAT PRETENDER

En 1958, Max Aub dio a conocer en México la vida y la obra de Jusep Torres Campalans, al que vinculó al nacimiento del cubismo, junto con Braque y Picasso.
La crítica quedó desconcertada. En diversos países hubo periódicos que comentaron la obra del pintor que nunca existió. Fue una genial broma de Max Aub.

El propio escritor hizo algunos cuadros cubistas para “documentar” todo su trabajo sobre el memorable genio imaginario de la pintura. Uno de sus nietos, sentado en sus rodillas, le ayudaba también a colorear las creaciones, según reveló Elena Aub, hija del gran intelectual.

Torres Campalans –según el invento de Max Aub- era un vanguardista intuitivo y perspicaz que admiraba a Picasso y detestaba a Juan Gris, explica la biografía de este ser imaginario, en la que se encuentran también bibliografías, cronologías y fotografías del artista.

En el libro de Max Aub figuran sendas conversaciones mantenidas con el artista en Chiapas, retiro donde vivía el desconocido genio del cubismo. Otro capítulo genial es el llamado “Cuaderno verde”, serie de apuntes y pensamientos escritos por Campalans de 1906 a 1914, fecha de su retiro. En el libro de Torres aparecían asimismo fotografías de sus pinturas y el catálogo realizado por el joven (e imaginario) crítico Richard Town, hecho en 1942 para una exposición(imaginaria) de Torres Campalans en la Tate londinense, que no llegó a celebrarse por el conflicto de la segunda Guerra Mundial.

En la creación, Aub tuvo la colaboración de otros destacados intelectuales como André Malraux o Josep Renau. Éste confeccionó un fotomontaje en el que aparecía Torres Campalans con Picasso, con lo que se hacía aún más creíble la genial patraña.

Según describe Max Aub, el artista nació en 1886 en Mollerusa, Lérida, España. “Alto, fuerte, de grandes ojos oscuros, enormes manos, pies en consonancia, había en él la potencia que sólo da la tierra a quien vive o ha vivido en relación directa con ella. Un payés(campesino catalán), hijo de payeses...”

En el relato Aub define a una persona dura: “La cabeza rapada, por comodidad; afeitado de cuando en cuando, Torres nunca tuvo problemas con los vinos ni con el tabaco, lo más ordinario le bastó siempre, teniéndolo todo por bueno. Nunca conoció comodidades, ni le hicieron falta; cuando, por azar, las gozó, las aceptaba sin aspavientos, sin darles importancia”.

Anarquista, catalanista y católico, huyó a Francia para evitar las milicias. Descargador en el mercado de Les Halles, entró el museo del Louvre y al salir compró unos lápices para ver que le salía. Luego encontró a Picasso, a quien ya conocía de Barcelona. Fue Picasso quien le hizo perder la virginidad. Le agarró un día y le llevó a la calle Aviñón a gozar de unas prostitutas, tema que motivó a Picasso para su célebre cuadro de las Señoritas de Aviñón...

Desde la bohemia –persuadido de su falta de genialidad- Torres acaba dejando los pinceles y buscando un retiro indígena, en una aldea de Chiapas, México.

Osadía, humor, frescura, irreverencia... Torres Campalans es una creación magnífica y atrevida. En su cuaderno verde deja escritas sentencias llenas de valor y osadía:

“En la pintura se da todo por hecho. Se daba todo hecho. Nosotros vamos a ir un poco más allá: que trabajen también los mirones”

“No creo que sobreviva gran cosa del Arte Moderno. Es una época fea. Lo único divertido será que dentro de cien años el cubismo será tan difícil de explicar como hace cincuenta. Había que hacer, después, otra cosa. Pero se atascaron. Tendrá que nacer otro Picasso, y eso siempre tarda”.

“El que explica se rebaja. Por eso todos los críticos son pequeños”.

“Hay, urgentemente, que volver el hombre a la medida de las cosas; las cosas a la medida del hombre. Para eso –se nos están escapando-, para medirlas, hay que romperlas, destruirlas, destrozarlas y empezar desde el desierto” (alusión al cubismo)

Max Aub demostró con su trabajo no sólo osadía, sino también conocimiento de la pintura, como otros grandes intelectuales. Además, su invención de la obra plástica de Campalans tiene indudable mérito.

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