martes, 9 de diciembre de 2008

FRÍO

La vida en la ciudad siberiana de Oymyakon es muy particular. La leche se reparte en estado sólido, en lugar de agua corriente se utilizan bloques de hielo y los escolares asisten a clases sólo si la temperatura no baja de los 52 grados bajo cero. Sin dudas, Oymyakon tiene muy bien ganado el título de la ciudad más fría del mundo.
En esta pequeña ciudad ubicada a siete mil kilómetros de Moscú, en la república de Yakutia, viven 2300 sufridos habitantes que resisten con tenacidad los fríos más extremos. El récord histórico se registró en 1926, cuando el termómetro marcó una temperatura de -72.1 grados Celsius. Y de hecho, durante los largos nueve meses de invierno en Oymyakon, es muy frecuente que el tiempo se mantenga alrededor de los 60 grados bajo cero.

El frío suele ser tan intenso que, si se arroja al aire un jarro con agua hirviendo, ésta cae al suelo totalmente congelada.

El nombre Oymyakon significa “agua que no se congela” y obedece a la presencia de una fuente de aguas termales cercana que resultó ideal para la instalación de la ciudad. Además, Oymyakon se encuentra en un valle rodeado de enormes montañas que detienen el viento por completo, haciendo así que las bajísimas temperaturas resulten relativamente soportables y que en el breve verano se alcancen valores de hasta 35 grados de calor.

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