lunes, 15 de diciembre de 2008

EL TIMO DE LA PIRÁMIDE

Carlo Ponzi, italiano inmigrante en los EEUU —copiando una idea anterior de un americano de finales del siglo XIX, William Miller— puso en marcha una empresa que daba grandes beneficios (del orden del 100% en tres meses) a costa de supuestas inversiones en sellos extranjeros de alta revalorización. Como el lector puede ver, se trata exactamente del sistema aplicado por Juan Antonio Cano, en Afinsa. Las inversiones en sellos ni siquiera se realizaban (o, por lo menos, no en su integridad), sino que el crecimiento de dinero invertido era tal, que bastaba con pagar los intereses con el dinero que era puesto por los nuevos inversores. Algunos confunden el esquema de Ponzi con una pirámide, pero no es lo mismo. En la pirámide, todos los inversores participan del negocio tratando unos con otros, atrayendo a nuevos inversores, y saben que estos nuevos inversores serán los que paguen sus beneficios; no hay fraude; simplemente, el negocio implica un crecimiento geométrico y los pagos son imposibles a partir de cierto momento. En cambio, el esquema de Ponzi es un fraude, una estafa, porque los depositantes tratan siempre con la misma persona (el ponzero) y la inversión prometida no se hace, en realidad.

Encontrado en "Ácratas"

No hay comentarios: