sábado, 3 de enero de 2009

MONETARISMO Y CRISIS

El presidente Nixon acabó con el sistema del patrón dólar-oro en el año 1971, arrasando el acuerdo Bretton Woods de 1944 sobre la paridad que sustentaba todas las monedas mundiales y las lanzó a fluctuar libremente, al albur del viento especulativo. Hasta ese momento, de la moneda emitida por los EEUU respondían las reservas de oro de Fort Knox. El cociente entre los gramos de oro almacenados y el número de dólares totales emitidos establecía su verdadero valor. El dólar de entonces llevaba por escrito su garantía en el billete. El problema era que los bancos creaban, ya por entonces, dinero a espuertas por el efecto multiplicador que ya hemos explicado tantas veces. Cuando lo creaban al prestarlo exigían, como ahora, un contravalor, una garantía, que era doble: en primer lugar, exigían que el destino del dinero prestado fuera para su inversión en un negocio rentable que permitiera su devolución; y en segundo, una garantía en caso de impago, que solía ser en bienes inmuebles: tierras y edificios, de valor suficiente para cubrir la deuda.

Los bancos, fueran prudentes o no, inventaban realmente dinero por el que exigían el pago de intereses; lo emitían mediante apuntes contables, no en papel-moneda, y no llevaban escrita ninguna garantía, sino que se valían de la misma que el dinero en papel-moneda, o sea, el oro de Fort Knox. Mal asunto para el dólar, porque su número aumentaba rápidamente pero la garantía era siempre la misma. El único modo honrado de resolver el problema creado hubiera sido ir reduciendo, conforme aumentaba el número de dólares, el de gramos de oro por dólar. Curioso asunto: la economía crecía, la riqueza también, pero la moneda valía, de hecho, cada vez menos respecto al oro.

Solución: deshacerse del patrón oro, y que éste pasase a ser como otra mercancía cualquiera. Y punto pelota. La jugada de los asesores de Nixon fue la siguiente: “¿Son el oro y otros metales preciosos la única garantía posible de la moneda?” Recordemos que: "dinero es cualquier cosa que los miembros de una comunidad estén dispuestos a aceptar como pago de bienes y deudas". Entonces, sería posible emitir dinero usando como contravalor o respaldo cualquier metal, los diamantes,el petróleo, aunque se consume y desaparece, la tierra, que es un bien cuyo valor fluctúa en razón de su calidad, situación geográfica y grado de usabilidad. ¿Y la masa humana de un país? Aunque la esclavitud desapareció, al menos teóricamente, era también posible. China ha conseguido hacerlo: Una de las fortalezas del yuan es la expectativa de crecimiento del país, merced a su capital humano. Pero sobre todo, la genial estafa era emitirlo utilizando como contravalor únicamente la confianza del tenedor de los billetes.

Félix UDIVARRI, ÁCRATAS (Message In Out)

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