martes, 12 de octubre de 2010

ARRODIANDO



Va a hacer tres años que lamari y yo vivimos en Huertas. No deja de ser irónico que vivamos al lado de donde trabaja el blogger de citroen, aunque nunca hayamos visto su "flamante ds3". Esto es extraño, porque conduce un coche amarillo y negro, es decir, se vería a la legua, pero por más que miro y remiro, del coche ni rastro. En su último post, titulado U.A.U.(?), y con cero comentarios, el blogger de citroen comenta toda una serie de detalles técnicos infumables sobre el ds3 R, que es como un pepino de doscientos y pico c.v. con ruedas, limitado a 1.000 unidades, y dice que quiere probar uno. Pues muy bien, chaval...;

El último libro que me estoy leyendo se titula "será mejor que lo cuentes". Es un libro que versa sobre el storytelling o el arte de narrar historias. De lo que llevo leido hasta ahora, que es poco, me ha quedado claro un concepto: cuando escribas algo, sea del tipo que sea, una presentación para el trabajo, una idea de negocio para futuros inversores, o una conferencia especializada, tienes que aludir al componente emocional de quien te escucha o quien te lee. Hay otro concepto que me gusta de este libro: la economía de la atención. Lo que viene a decir es que el emisor del mensaje ya no manda como antaño, sino que ahora manda el receptor. La época en la que vivimos, en la que todo va rápido, en la que todo el mundo tiene acceso a todo tipo de información, y más que nunca "el tiempo es oro", el oyente o el lector es el que dicta el tiempo del que dispones "mira tío, si quieres que te escuche, si quieres que te lea, me tienes que dar algo super guay, super chulo, algo que me encandile desde un primer momento, porque...¿sabes una cosa? ando estresado de acá para allá, y no tengo tiempo para perderlo si no aportas nada a mi existencia". Supongo que, por esta razón, cuando yo le digo a lamari "tienes que leerte el último post de este tío, porque ya no sé si soy yo que estoy encelado, o es que es verdaderamente un coñazo", ella responde con pretendida indiferencia: "paso..."; Yo lo leo como ejercicio de "documentación", para ponerlo luego a parir, vamos, pero...ME ABURRE TANTO...;

Si el storytelling dice que tienes que tocar las emociones del receptor, esto es algo que debería saber y controlar un director creativo. Entonces...¿qué emociones me van a despertar unas llantas? (esto no es un gag recurrente, es que vuelve a hacerlo, vuelve a hablar de llantas) ¿y un motor no sé qué?¿y una secuencia de cambios achilipú?; no digo yo que no cuente todo esto, porque entiendo que quizás deba hacerlo, pero que lo haga de tal forma que resulte atractiva ¿no?. Es que para coger los detalles técnicos del coche y enumerarlos de P a Pa, vale cualquiera, la gracia está en contar esto dándole vivencia. Que el chico es empresario y trabaja mucho y no tiene tiempo para postear, pues que hubieran elegido a un parado, que ya te digo yo, querido lector, que hay mucha gente en paro que sabe escribir muy bien (lamari). O...qué te voy a decir, un psicólogo que disponga de las mañanas libres...y pueda tomarse su tiempo para postear, que por 3.000 al mes, dejo de lado unas cuantas cosas y posteo a tutiplén.

Ya no sé qué decir. Ya no tengo ni rabia. Es una suerte de incredulidad mezclada con desesperanza, que me deja abatido durante un tiempo y sin ganas de luchar por nada. Es una especie de ¿para qué? si el mundo está como las maracas de Antonio Machín, si no se pueden codificar las claves para hacer bien las cosas. Esto último igual no es lo más acertado, porque las cosas las puedes hacer bien, pero siempre hay alguien que dictamina qué es lo bueno y qué es lo malo.

Desde hace aproximadamente un mes, hay un concurso literario de microrrelatos en www.revistaparaleer.com. No puedes escribir más de 480 caracteres incluyendo la firma. Reciben los trabajos durante una semana, y luego hay un jurado que vota el mejor de la semana entre los cientos y cientos recibidos. Cada semana hay un ganador y 9 finalistas, y al final del todo, una serie de escritores consagrados elegirán al mejor de entre todos los ganadores y finalistas. De vez en cuando le echo un ojillo a los distintos microrrelatos, y hay algunos que están bien. Uno, que quedó finalista me encantó. Sin embargo, es los lunes por la noche cuando me siento tranquilamente a ver el ganador de la semana y los finalistas y... (no me salen las palabras). La semana pasada la ganadora era bonaerense, y el de esta semana acaba con un "rumiaba un tango". Esto me huele a argentinos entre los que eligen. Y está bien, no digo que los argentinos no sean buenos escribiendo ni nada por el estilo porque no es plan de generalizar, pero...esos relatos...mamma mía. Igual es que yo me estoy volviendo gilipollas paulatinamente, que pudiera ser, y entonces no encajo en este mundo y todo lo que aprendí de literatura no vale de nada. Y entonces todos mis escritores favoritos: Javier Marías, Juan José Millás, Houellebecq, Kureishi, Oé, Chejov, Baricco, Mendoza, etc, no ganarían jamás algo tan básico como un concurso de estas características.

Tutorial para ganar este concurso:
- Escribe como si fuera un Haiku: El oso pito pitita/ el orangután pita pitote/ rumiaba un tango.
- Escribe muchas palabras ininteligibles juntas: La ininteligible epistemología de Sucinto Parco, se derramó ambivalentemente por la alexitímica relación cognoscitiva que subrayaron en la judicatura antagónica de antaño. El diezmo de ambos se diezmó, y el marco referencial del agravio lábil como el maníaco depresivo que me increpó, satisfizo la hipotenusa de la abulia que presidía sus know how constructivistas.
- Pase lo que pase, el final siempre es un suicidio: ...decidió tirarse por la ventana;...es cuando se dió cuenta de que se había volado la tapa de los sesos;...No pudo aguantar más, cogió un bisturí y el rojo de sus venas tiñó la alfombra blanca del salón; ...Cuando el marido llegó a casa, se dió cuenta de que el botiquín estaba abierto y no quedaba ni un barbitúrico en su sitio; ...cuando pasó por delante de la ventana, vio que los pies de Amelia estaban suspendidos en mitad de la estancia, y estaba claro que Amelia no sabía levitar...
- Utiliza siempre la palabra sexo en lugar de coño o vagina.
- Utiliza siempre la palabra entrepierna en lugar de polla o pene.
- Bajo ningún concepto hagas gala de una escritura clara, concisa y directa. Enrédate y no hagas el esfuerzo por desenredarte. No seas obvio que eso es de mal gusto y deja entrever claramente que no sabes escribir.
- Por último, esto también parece ser importante, abusa del punto y seguido para intercalar palabras al tun tún. Proyecto de relato ganador. Por ejemplo: Desperté de madrugada desorientado. Angustia. Miré el despertador y descubrí que aún faltaban 3 horas para que sonara. Frío. Escuché unos ruidos extraños en el jardín. Miedo. Me palpé la entepierna pensando en su sexo. Excitación. Fuí consciente de la levedad encomiable que subyacía en lo heterodoxo de la infranqueable vicisitud holística de la hetérea parafilia que nos granjeaba la astenia. Desesperanza. No pude más, miré el retrato de larra que presidía mi despacho, incliné la cabeza, y a ritmo de TANGO -importante- me descerrajé un tiro que tiñó de rojo la estancia. Muerte.


Olé, mis cojones.

En fin, me cojo a Meloncete que sí que está bien hecho, bien construido, bien estructurado. Que es simple, sin pretensiones ni llantas (voy a abrirme un grupo en facebook: soy fan de los tapacubos porque no entiendo para qué sirven las llantas), y me voy a dar una vuelta para meditar sobre qué es lo que está bien y qué es lo que falla en este mundo.

Larga vida al blogger de citroen y los ganadores del concurso de microrrelatos. Fin.

http://rubycundo.blogspot.com/

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