sábado, 16 de mayo de 2009

CANTÉ EL DOLOR, LLORANDO LA ALEGRÍA

El poeta y dramaturgo madrileño Gabriel Bocángel (1603-1658) es el último gran versificador de la escuela culterana. Su estilo es más refinado y menos oscuro que el de su maestro Góngora. Expresó con especial sensibilidad y melancolía el tema del paso del tiempo.

HABLANDO EL AUTOR CON SUS ESCRITOS

Ocios son de un afán que yo escribía
en ruda edad con destemplada avena;
arbitrio del amor, que a tal condena
a aquel que la templanza aborrecía.

Canté el dolor, llorando la alegría,
y tan dulce tal vez canté mi pena
que todos la juzgaban por ajena,
pero bien sabe el alma que era mía.

Si de todos no fuereis celebradas,
voces de amor, mirad mi pensamiento:
veréis que no mejor fortuna alcanza.

Ningún discreto os llame malogradas,
que, si os llevare solamente el viento,
allá os encontraréis con mi esperanza.

La lira de las musas, 1637.

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