En abril de 1975, Gary Dahl estaba en un bar escuchando como sus amigos se quejaban de sus mascotas y esto le dio la idea para la “mascota perfecta”, una roca, ya que esta no necesita ser alimentada, ni que la saquen de paseo o la bañen o la peinen, no se muere, ni enferma ni es desobediente... Vamos, la mascota perfecta.
Una vez pasada la resaca, Gary pensó que la idea podía ir en serio, y se puso a redactar un “manual de instrucciones” de una roca mascota. Estaba lleno de juegos de palabras, guiños y chistes en referencia a lo absurdo y gracioso que tiene el tratar a una piedra como una mascota real.
Las primeras “Rocas mascotas” fueron simples piedras grises que compró a 1 centavo cada una en una tienda de material de construcción. Se comercializó como se hace con los animales domésticos, en cajas de cartón a medida, con la paja y los agujeros de respiración para el “animal”. También se incluía un manual de 32 páginas titulado “El cuidado y el entrenamiento de su piedra mascota”, con instrucciones sobre cómo criar y cuidar correctamente de una nueva piedra mascota.
El producto se vendió a 3.95$, la moda duró unos seis meses, y fue uno de los regalos estrella de la temporada de diciembre de 1975. Durante su corto plazo, la “Roca mascota” hizo millonario a Dahl.
Ya lo comentamos por aquí hace años, si cojemos cualquier producto lo “complicamos” en envasamos adecuadamente, somos capaces de vender mierda a precio de oro.
Si nos dan un producto, el que sea, bien enlatado y con la garantía de una buena firma somos capaces de comprar “Merda d’artista” a precio de Oro. El producto puede ser un paquete financiero en el que están metidas unas hipotecas garantizadas por una casa de calificación de renombrado prestigio, o pueden ser las acciones de un banco con nota sobresaliente (AAA) y si nos hace falta dinero podremos vender estos productos en el mercado ya que todos confían en su valor. Pero llega un momento en el que unos se dan cuenta de que el contenido no vale nada y ya nadie quiere comprar esa lata.
Incluso podemos complicarlo un poco más como comentaban el otro día en el blog salmón:
El primer mecanismo fue la creación de los Derivados de Deuda Colateralizada (CDO), que consistió en hacer paquetes con un gran volumen de estos prestamos hipotecarios y sacarles el timbre de la triple A, es decir hacerlos pasar por deuda de la máxima calidad, pagadera en toda circunstancia. El segundo mecanismo, curiosamente, fue asegurar estos CDO a través de los Derivados de Incumplimiento Crediticio (CDS), por si algo eventualmente fallaba y ocasionaba cierto barullo. Ambas operaciones cerraron el círculo del ganar-ganar. Porque ganaban si todo salía bien, y también si todo salía mal, algo que hasta hace algunos meses parecía un chiste de mal gusto
Evidentemente, vender una piedra como mascota no es fácil, además de tener un envoltorio muy atractivo hay que llevar a cabo una estrategia comercial muy agresiva con unas elevadas comisiones de ventas, veamos otro claro ejemplo.
Las cajas y los bancos que coloquen la emisión de bonos de deuda de Cataluña a los inversores particulares que lo deseen se llevarán una comisión de la Generalitat cercana al 3%, según explicaron ayer fuentes financieras. Considerando que la emisión de bonos será de 1.000 millones de euros, ampliables a 2.000, la traducción en dinero para la banca va de 30 a 60 millones. A ese 3% para las entidades hay que añadir el desembolso que supone la atractiva rentabilidad que la Generalitat ofrecerá a los inversores, del 4,75%, más del doble de la generada por las letras del Tesoro, que en la última emisión a un año daban al inversor un 1,9%.
Por tanto, si son capaces de vendernos una piedra como mascota o mierda a precio de oro ¿Cómo no lo van a seguir intentando una y otra vez?. Todo es cuestión de meterle un buen envoltorio, hacerlo parecer sofisticado y dejar unas jugosas comisiones al vendedor.
Escrito por Carlos Lopez el 10 de noviembre de 2010, en euribor.com.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario