Nada, Aznar no se calla ni debajo del agua, y ayer salió para enturbiar el cambio político en el País Vasco, para ponerse él otra medalla diciendo que fue Mayor Oreja el que "encendió la antorcha" en el 2001, cuando fue más bien al contrario, porque Mayor fue el que provocó un feroz incendio con el nacionalismo, perdió aquellas elecciones, se ausentó de la votación de los Presupuestos y al final se quedó con las ganas de ser el sucesor del señor del bigote, el nuevo tío de la vara, el vengador del pueblo del humorista José Mota. Este Aznar que no soporta los éxitos de Rajoy, y que machacó a su partido en el País Vasco con ayuda de María San Gil y el discursito de los principios y los valores, o de la bronca permanente, que eso es lo suyo, mientras enseña la vara para medir los costillares de propios y extraños.
Tras la reciente victoria del PP de Rajoy en Galicia, Aznar convocó una foto de su primer Gobierno, como si él hubiera sido el triunfador, y ahora suelta el canto a Mayor Oreja en vez de elogiar a Rajoy y Basagoiti, que han sido los artífices del cambio en Euskadi en compañía de Patxi López, aunque este último le escamotee sus méritos al PP.
El otro día Aznar declaró que Rato, su ex vicepresidente, fue el mago de las finanzas y, entonces ¿por qué no lo nombró su sucesor? O ¿por qué Aznar, el tío de la vara, no nombró su sucesor a Mayor Oreja, el tío de la antorcha? Pues porque finalmente se decidió a nombrar a Rajoy, pensando quizás que, si era Rajoy quien ganaba las elecciones, el que mandaría en España y en el PP sería él, desde las bambalinas de FAES. Porque si gobernaba Rato, quien mandaba sería Rato, y si gobernaba Mayor, mandaría Pedro J.
O sea, que Aznar escogió a Rajoy para llevar después a su pupilo a la derrota electoral del 2004 con las mentiras de Iraq y las del 11-M, y posteriormente para no dejarlo vivir en esa legislatura con la conspiración de las lejanas montañas y remotos desiertos y enredarlo, con ayuda de Acebes y Zaplana, en una nueva derrota en el 2008. Y, después de todo, y tras echarle a Rajoy un jarro de agua fría en el congreso valenciano del PP, donde el tío de la vara, Aznar, se presentó bronco como un jeque kuwaití con el avión privado de un amigote multimillonario, pues después de todo esto, y cuando ya parece que Rajoy empieza a levantar cabeza, llega Aznar con la vara en ristre y no para de despotricar contra Rajoy -y en este caso contra Basagoiti- para que el PP pierda la imagen recuperada del centro.
Pero qué le pasa. Lo hemos dicho hace poco pero vamos a insistir. Aznar quiere volver y sueña con un batacazo de Rajoy en las europeas para saltar con la vara en la mano sobre la presidencia del PP, con la ayuda de la clac mediática de la extrema derecha, la que desde hace unos meses no para de jalearlo y azuzarlo.
Y ya que dice lo de la antorcha del 2001, vamos a explicar dónde se inicia el principio del fin del aznarismo y la pérdida del poder por parte del PP. Fue, precisamente, tras las elecciones generales del año 2000 donde el PP logró la mayoría absoluta y dijo: "Voy a ser yo". Y se le escapó el franquito que llevaba dentro, liquidó la moderación, arruinó sus pactos con CiU y PNV -como si las mayorías absolutas fueran a ser eternas-, cesó a Álvarez-Cascos de la vicepresidencia primera del Gobierno, se enamoró de Bush, se fue a la guerra de Iraq, con su pequeña "división azul" y un saco de mentiras, se montó una boda imperial -para su niña- en El Escorial, montada por el clan de los Correa, y finalmente se metió en otro saco de mentiras sobre el 11-M, negando la autoría islámica, y el pueblo sabio y soberano le dio al tío de la vara una patada en el trasero de Rajoy.
La cuestión es muy sencilla, si la derecha española tiene dificultades para lograr mayoría por la competencia del nacionalismo conservador en el País Vasco y Cataluña, y si gobernando con CiU y PNV y con moderación el PP sacó mayoría absoluta, ¿por qué Aznar cambió la fórmula triunfadora? Pues porque quería ser él, y se hundió y hundió al PP y nos trajo el regalito de Zapatero, que es otro invento suyo. Y cuando parece que ahora se desinfla el Bambi de la Moncloa, llega el tío de la vara y se pone a inundar con sus soflamas y sus terroríficas fotos los medios de comunicación. ¿A dónde quiere llegar? Pues a la Moncloa, pero eso Aznar, el tío de la vara, ya no lo va a lograr.
Marcello, en estrelladigital.es, el 5-5-2009
sábado, 9 de mayo de 2009
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