Puedo sentir que el aire
cobija aún tus plácidos jadeos;
que aún tus poros despiertan
ante aquel itinerario de caricias;
que aún reposa en tu rostro, muy lejano,
el pliegue de tu intenso regocijo;
que en tu sangre hay sangre acurrucada
de la que entonces apremió a tu corazón.
Que nada de tu cuerpo me ha olvidado,
aunque en ti
no quede ya vestigio de mi vida.
Ángel POLI CARBAJOSA (Huelva, 1964)De Por el espacio amada (1990).
domingo, 1 de febrero de 2009
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