miércoles, 23 de diciembre de 2009

JUNTACADÁVERES



El odio es un material resistente que soporta el paso del tiempo y no se oxida. (...)No hay nada mejor que conocer a alguien de cerca para luego utilizar sus defectos, "tu debilidad es la fuerza de tu enemigo", llegué a leer años más tarde en un libro atribuido a un general chino.

Rafael MARTÍNEZ SIMANCAS

lunes, 21 de diciembre de 2009

NOTICIA DE PAULO LEMINSKI

Paulo Leminski, signo de Virgem, 24 de agosto de 44. Nascido em Curitiba. Minha família, do lado de papai, é de origem polonesa e do de minha mãe, brasileira, com a composição original tipo Gilberto Freyre. Português, negro e índio. De maneira que eu sou, digamos assim, um mestiço curitibano.(1)

A esta “composición original tipo Gilberto Freyre” corresponde una composición literaria, una “pororoca”(2):

Chamei de “pororoca”, num artigo, ao encontro entre a poesia concreta paulista e a tropicália baiana. Para mim, esse encontro é o mais importante acontecimento da cultura brasileira, dos últimos dez anos. A poesia concreta é cartesiana.(3) A tropicália é brasileira. O atrito entre essas duas realidades revelou-se riquíssimo. O encontro do mar com o rio, Amazonas versus Atlântico.(4)

La poesía de Paulo Leminski está vinculada, de principio a fin, a Oriente. Pero también figura la influencia de dos vertientes brasileñas fundamentales: la poesía concreta y el tropicalismo (además de aquella desviación carioca del tropicalismo que es el movimiento llamado Marginália).

Si el aporte de los concretos, según Leminski, fue la materialidad del lenguaje -incluyendo ahí la atención rigurosa en la construcción del poema como objeto verbal o verbivocovisual-, y el del tropicalismo y la Marginália su desacralización de los cánones en boga (el concreto y el cabralino), la reconsideración de algunos aspectos del “22” como la coloquialización de la lengua y la subjetivización de la voz (5), podemos decir -según señala Rodolfo Mata- que es Leminski, sin duda a partir de este encuentro triple, el que “verdaderamente socializa las aportaciones de las vanguardias formalistas hablando de lo común [...]; que habla de los avatares de la creación sin llegar a lo libresco, a la cita per se, al alarde de la erudición. Porque Leminski es primordialmente antisolemne pero no anti-intelectual. Hace convivir una poética cerebral, de reflexión metalingüística, con una expresión del sentimiento”.(6) Están ahí señaladas algunas observaciones sobre su poesía: la adopción del poema-objeto o materialidad del lenguaje, y la paradoja y la ironía como herencia oswaldiana cultivada en la brevedad oriental:

O mundo não quer que eu me distraia,

distraído estou salvo


Este fragmento de Catatau adelanta una posición política y una vía poética. Distracción como desvío de una marea uniformadora de la experiencia humana (7) (y poética). Y distracción también, paradójicamente, como plenitud de una atención de desapego (en tono absolutamente oriental), que a veces se manifiesta lúdicamente:

pessoas deviam poder evaporar

quando quisessem

não deixar por ai

lembranças pedaços carcaças

gotas de sangue caveiras esqueletos

e esses apertos no coração

que não me deixam dormir (8)

Aunque en su obra hay haikús propiamente dichos (la serie “Mallarmé-Bashô” sería un ejemplo), éstos rara vez se ajustan a la estructura clásica 5-7-5; comparten con ellos, sin embargo, la característica -no siempre puntual- de la ausencia del verbo conjugado en primera persona, aspecto que permite el efecto no de una anulación del yo, sino el de su integración al ritmo absoluto. Su obra está marcada por el vacío o vaciado que anota el presente e impregna su escritura del carácter frágil e imperdurable de ese presente. Un vacío mental aparece como espontaneidad del discurso poético. El haikú es así una manifestación de desprendimiento zen. Su escritura es igual a la caída -sin ostento, como exige la zen- de las flores de jacaranda (alguien objetará que sería mejor decir la caída de los cerezos, pero yo únicamente he visto jacarandas). Un yugo, una yoga. Sin embargo, cada una de las tres formulaciones que intervienen en la poesía de Leminski, son asimiladas y no solamente recibidas de manera epigonal (en parte, quizá, por las “fricciones” entre dos de ellas, la concreta y la Marginália, pero también por el propio carácter malándrico del poeta). Leminski, el “kamiquase” o “malandro-zen”, en Brasil, es un nombre emblemático por su actuar diario y por su negación absoluta y audaz a escribir “simplemente sentado sobre lo que otros ya hicieron” (la cita es de Valquiria Wey), es decir, la idea poundiana de hacedor o fabbro, de continuador de la tradición basado en la apuesta y no de “un presente enamorado de su cola” (Milán), vía Haroldo de Campos.

Qué produce y cómo lo produce

En los poemas de Leminski es importante el devenir en el que se inscribe el lenguaje, en el que el autor inscribe al lenguaje. Un autor, sin embargo, que al recibir la influencia oriental se desprende de la autoridad sobre la composición para convertirse en “vehículo” -así se definía Scelsi- del estado de percepción que producirá los efectos poéticos:

quando chove

eu chovo,

faz sol,

eu faço

de noite,

anoiteço,

tem deus,

eu rezo,

não tem,

esqueço,

chove de novo,

de novo, chovo,

assobio me vejo,

lá vou eu,

gesto no movimento (9)

La autoridad o la conciencia sobre el proceso poético ceden al estado de desligamiento u olvido. Se trata además, en Leminski, de un estado que atrae la revelación de un ejercicio de velocidad, como apunta Milán, que todo poeta debe practicar: el quite de la conciencia de ese encuentro suspensivo entre la conciencia y el entusiasmo, ese punto, antes de que vuelva la mente, según Valéry. Si por un lado los poemas de Leminski atienden la materialidad del lenguaje (el poema-objeto mallarmeano), ésta se involucra una vez más en su desmaterialización final. La escritura es asumida como manifestación o concreción material en la página, como registro o gesto, pero gesto en el movimiento, movimiento que contraría todo deseo de asir, de posición o permanencia. No hay deseo de vínculo como no lo hay en el budismo. En estos poemas, nada más lejos de un deseo de asentarse. En todo caso, reclama la participación lectora para reactivar el devenir de su proceder discursivo como estación vital. Proceder de kamiquase, de casi kamikaze. Poema como rasguño, guiño, señal o evidencia, como quería Michaux. “Más gesto y menos pensamiento”, reclama el pintor norteamericano Brice Marden, pues el 'gesto' piensa de inmediato en su movilidad, y el 'pensamiento' busca, en cambio, su demora, su pertinencia (tan en boga entre alumnos y profesores de Letras) y aun su posible asentamiento. De ahí, quizá, la preferencia por el otoño de varios artistas influidos por Oriente: en el otoño caen -se desprenden- las hojas de los árboles rumbo al despojamiento total del invierno. Kamikaze, entonces, no sólo por su contraste con la marea unificadora de la experiencia humana, sino por la manera de encarar su proceder, como quería Valéry, desde la nuca, la nuca que es “un misterio para los sentidos”. No es momento de meditar o contemplar, es el momento del desborde, del desprendimiento de ese objeto de rigor llamado poema. Leminski no es el ser pasivo que espera el poema, según palabras de João Cabral, sino aquella evolución lírica que, sin avisar(se), procede.

1. LEMINSKI, Paulo, “Diálogo”, Curitiba, Universidade Federal do Paraná, 1994, p. 9.

2. De acuerdo con el Diccionario Aurelio, una pororoca es un “macaréu de alguns metros de altura, grande efeito destruidor e forte estrondo, que ocorre próximo à foz do Amazonas e de alguns rios do MA”.

3. Adjetivación que utiliza Leminski a lo largo de la entrevista de donde proviene la cita, para destacar la perspectiva rigurosamente racional y esquemática del personaje Cartésio -que no es otro si no René Descartes en una ficticia pero históricamente posible visita a Brasil- de su novela Catatau, cuando éste intenta “enquadrar aquela realidade emergente [...] entre capivaras, antas, araras, pacas, tatus, jibóias e tucanos, à sombra de árvores monstruosas”.

4. LEMINSKI, Paulo, Envie meu dicionário, Brasil, Editora 34, 1999, 206-207.

5. Esto está mencionado por Adolfo Montejo en la introducción a su antología Correspondencia celeste. Nueva poesía brasileña (1960-2000), Madrid, Árdora, 2001, pp. 13-14.

6. MATA, Rodolfo, “Preliminar”. En: Aviso a los náufragos, México, Eldorado Ediciones, 2007, p. 8.

7 Leminski era un poeta de contracultura. Mediados de los setenta: alcohol, drogas, sexo, rock, meditación zen, como él diría, conformaban su atmósfera creativa, abrevando en la cultura beatnik, en franco contraste con el american way of life en boga. Por lo menos curioso: antiimperialista yanqui, por un lado, y gusto por tópicos del imperialismo oriental, por el otro, más o menos -en esto último- a la manera de Mishima, a quien por cierto tradujo. Hoy sus mejores poemas son precisamente aquellos que, desde lo que podríamos llamar una feliz pororoca de la espontaneidad y el rigor, toman un impulso desacralizante y vertiginoso.

8 LEMINSKI, Paulo, O ex-estranho, Curitiba, Fundação Cultural de Curitiba / Iluminuras Ltda, 1996, p. 30.

9 LEMINSKI, Paulo, La vie en close, Brasil, Editora brasiliense, 1994, 5ª edición, p. 67.

Iván LÓPEZ, en revistava.com

domingo, 20 de diciembre de 2009

CHEMICAL TRAILS: ESTAMOS ARRODIAICOS









Las chemtrails son un supuesto fenómeno que consistiría, según sus partidarios, en que algunas estelas de condensación dejadas por aviones no son tales, sino que en realidad están compuestas por productos químicos. Para los partidarios de esta teoría de conspiración la verdadera naturaleza de las chemtrails sería conocida por sólo unos pocos y su objetivo sería causar daños de algún tipo a la población.

"Chemtrail" es una abreviación del inglés chemical trail, que traducido literalmente significa estela química. La denominación imita a la que se da en este idioma a las estelas de condensación (contrail). No debe confundirse este término con la dispersión de sustancias químicas para fines reconocidos (fumigación, sembrado de nubes, exhibiciones aéreas, etc.).

El vocablo fue utilizado por vez primera por el periodista William Thomas en 1999, aunque la primera descripción del fenómeno data de 1997, por Richard Finke. Algunos partidarios de la conspiración defienden que en realidad las chemtrails comenzaron años antes.

La comunidad científica se muestra escéptica respecto a la existencia de las chemtrails y considera que se trata en realidad de simples estelas de condensación o cirros.

wikipedia


En todos los países de Europa, EE. UU., Oriente Medio, Australia y México se presenta un fenómeno similar, son fumigados por aviones militares.

Se han hecho estudios de las substancias que se han dejado caer sobre la tierra, afectando con ello los campos, personas y animales y los resultados no son para reirse. Barium, Aluminio y otros metales pesados. Los baños químicos vertidos en la atmósfera provocan extraños cambios climáticos y efectos sobre las personas, como son alergias, dolores de cabeza, picor de los ojos etc.

En un documento anterior mostramos los efectos sobre los niños escolares en EEUU en 27 estados.

Hace poco Inglaterra desclasificó documentos que declaraban haber fumigado diferentes partes del país, y sobre su población, durante casi 30 años, para experimentar el uso de la guerra química y bacteriológica. En esta misma página mostramos un documento desclasificado de EEUU en donde confiesan haber experimentado con sus propios soldados con armas químicas y Biológicas, por lo cual esto que está sucediendo no debiera asombrarnos, son capaces de todo.

Los entendidos hablan de acciones que buscan el control mental de los habitantes de EEUU y de otros para que acepten el golpe militar en curso y el Nuevo Orden Imperial en marcha.

Hay bastante preocupación en algunos sectores de la población, las autoridades civiles y militares niegan éstas acciones como siempre y por supuesto a aquellos que reclaman se les tacha de conspiracionistas y traidores a la patria en guerra contra el terrorismo. Mientras tanto Los Nuevos Dioses preparan sus planes para atacar Irák y asentarse en zonas estratégicas del mundo.

animalweb.cl

viernes, 18 de diciembre de 2009

DE LA BREVEDAD DE LA VIDA

Escribe sobre la muerte… Esta afirmación, casi una petición para liquidar mis propios fantasmas, una suerte de ejercicio catártico hecho desde el amor, me abría el camino para la reflexión de mi propia percepción de la vida, un recorrido impregnado de contenido.

Bécquer dijo que al brillar un relámpago nacemos y aún dura su fulgor cuando morimos.

Y mi amigo el maestro José María Bardagí, hacía música amarrada al gusto amargo que tiene la fugaz existencia del hombre.

La muerte llega tarde o temprano, pero siempre en su momento justo, y con paso silencioso. Nadie muere un minuto antes de que le toque.

El destino decide nuestras vidas y nuestras muertes, y contra el destino no hay quien pueda.

Lo que sea sonará y para los creyentes sólo Dios sabe lo que ha de sonar, aunque a veces los designios divinos, además de inescrutables, nos parezcan caprichosos.

“Estoy en las últimas y quiero morir de pié” cuentan que dijo Oriana Falacci mientras la muerte iba a su encuentro.

A esto se le llama encararse a la muerte, no perderle la cara, sonreir ante sus embestidas como un diestro templado, esto es, con un razonable grado de aprensión.

Admiro a quienes desprecian a la muerte y les tiene sin cuidado.

Lo que sucede es que por lo general, al hombre la sola idea de la muerte le da miedo.

Impares nascimur, pares morimur, o sea, nacemos desiguales pero morimos iguales.

Es cierto que las cenizas nos igualan a todos. Pero no lo es menos que no todos los muertos son iguales. Hay personas a quienes el calendario los atrapa a destiempo, como una trampa.

Y es que la muerte nunca está en huelga, de lo contrario se acabarían las elucubraciones filosóficas y los lamentos de los poetas. Cervantes escribió que la muerte no es segador que duerma la siesta, porque a todas horas siega y lo mismo corta la paja seca que la verde yerba.

La muerte es el reverso, la cruz de la moneda, el saldo final, el pozo sin fondo donde el hombre se pierde.

“¡ Dios mío si tuviera un trozo de vida ¡” exclamaba García Márquez en su carta de despedida escrita a los amigos, en su camino hacia la muerte, para regalarnos una lección.

“A los hombres les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido”. Vivir en el corazón de los que dejamos detrás de nosotros no es morir. La vida es ante todo recuerdo, nostalgia y soledad, esas tres esencias que destila el alma.

Pepo Sol, insistía en que morir es solo una maldición del diablo, y ahora solo me queda ya el deseo de tener el tiempo necesario para que alguien me cierre los ojos, el deseo de no morir sin tiempo de pensarlo siquiera.

Lo malo de la muerte ajena es el vacío que deja, que jamás se rellena con nada.

Debe ser por eso que he aprendido a amar de mayor, y me aterra salir a destiempo, y es que es fugitiva la vida.

Daniel ARNAVAT

(¡Cómo ha cambiado este depredador!)

jueves, 17 de diciembre de 2009

SONRISAS VERTICALES

¿LAS MUJERES DESNUDAS SON INTELIGENTES?

Hay mujeres que arrastran maletas cargadas de lluvia,
Hay mujeres que nunca reciben postales de amor,
Hay mujeres que sueñan con trenes llenos de soldados,
Hay mujeres que dicen que sí cuando dicen que no.
Hay mujeres que bailan desnudas en cárceles de oro,
Hay mujeres que buscan deseo y encuentran piedad,
Hay mujeres atadas de manos y pies al olvido,
Hay mujeres que huyen perseguidas por su soledad.
Hay mujeres veneno, mujeres imán,
Hay mujeres de fuego y helado metal,
Hay mujeres consuelo, hay mujeres consuelo,
Hay mujeres consuelo, mujeres fatal.
Hay mujeres que tocan y curan, que besan y matan,
Hay mujeres que ni cuando mienten dicen la verdad,
Hay mujeres que exploran secretas estancias del alma,
Hay mujeres que empiezan la guerra firmando la paz.
Hay mujeres envueltas en pieles sin cuerpo debajo,
Hay mujeres en cuyas caderas no se pone el sol,
Hay mujeres que van al amor como van al trabajo,
Hay mujeres capaces de hacerme perder la razón.

Joaquín SABINA

sábado, 12 de diciembre de 2009

NO HAY CIELO PARA IMPÍOS

EL HOLANDÉS ERRANTE

ARGUMENTO

“El holandés errante” se desarrolla en tres actos en la costa de Noruega en tiempos no precisados.

Acto primero

Al mando de Daland, su capitán, un barco noruego llega, tras una violenta tempestad, a las abruptas costas de Noruega, cerca de su puerto de arribo original. Dejando a un timonel a cargo de la nave, Daland y los marineros bajan a tierra en busca de descanso. El timonel trata de permanecer despierto, pero finalmente el sueño lo vence.

Se acerca ahora un barco fantasma, con velas de color rojo sangre y mástiles negros. Se coloca al costado del otro barco, causando la inquietud del timonel noruego.

El capitán del barco fantasma, que no es otro que el legendario "Holandés errante", salta a tierra y narra la terrible maldición que pesa sobre él. En una ocasión, rodeando el Cabo de Buena Esperanza, durante una terrible tormenta, invocó la ayuda del Diablo para salir de ella, y en consecuencia, su destino es navegar incesantemente hasta el Día del Juicio, a menos que encuentre el amor duradero de una mujer fiel hasta la muerte. Por ello, cada siete años, como ahora está sucediendo, puede volver a tierra y buscar la mujer que le redima.

Daland vuelve a su barco y despierta al timonel, quien le muestra el barco fantasma, donde domina un silencio espectral. Daland se junta con el Holandés, quien le cuenta su tormento, le pide su amistad y que le acoja en su casa, que está muy cerca de allí, ofreciéndole a cambio unas magníficas joyas.

El Holandés se informa que Daland tiene una hija y le solicita su permiso para hacerla su esposa a lo cual el padre da su consentimiento. Daland se muestra contento ante la perspectiva de grandes riquezas y el Holandés ante la posibilidad de encontrar por fin la paz de su alma.

Entre tanto, la tormenta ha amainado y el timonel anuncia un favorable viento del sur. Daland y sus marineros levan anclas y ponen rumbo a su puerto de destino, mientras que el Holandés promete seguirlos tan pronto como su tripulación haya descansado. Los noruegos cantan jubilosamente, mientras su nave se pone en movimiento.

Acto segundo

En la casa de Daland, su hija Senta, la nodriza Maria y unas amigas trabajan con sus ruecas. Solamente Senta no está hilando, pues su preocupación se centra en un cuadro en la pared que representa al Holandés errante. Maria la regaña por su ociosidad, y las amigas bromean por su interés en el Holandés, ya que ella tiene como pretendiente a Erik, un joven cazador.

Senta pide a Maria que le cuente el relato del Holandés, a lo que la anciana se niega. Senta canta entonces una balada sobre la maldición y la esperanza de redención.

Finalmente a Senta le asalta la idea de que ella podría ser la mujer que salvara al Holandés. Esto espanta a los presentes, incluido Erik, que acaba de entrar y ha escuchado la balada de Senta.

Erik anuncia que el barco de Daland está entrando a puerto. Salen las mujeres y Senta queda a solas con Eric, quien le pide que le prometa fidelidad, pero ésta rehuye responder y sólo manifiesta su deseo de salir en busca de su padre.

Senta habla a Erik de su compasión por el Holandés. Se siente profundamente preocupada y cuenta el sueño que ha tenido, en el cual vio a su padre que llegaba con el Holandés, y vio también cómo ella y el marino errante se abrazaban y se marchaban juntos. Termina diciendo que está segura de que su destino le lleva a salvar al Holandés, lo que provoca la desesperación de Erik.

Sola en escena, Senta canta delicadamente el estribillo de su balada. Se abre entonces la puerta y llega su padre, acompañado del Holandés.
Los ojos de Senta se clavan en los del marinero. Daland se siente desconcertado al ver que su hija no corre a abrazarlo, como solía hacerlo.

Después, hace un elogio del huésped, pidiendo a Senta que lo reciba con afecto y que consienta en ser su esposa.

El Holandés y Senta siguen mirándose fijamente y embelesados, en un silencio expresivo. Daland, perplejo, se marcha, dejando solos a Senta y al Holandés.

Éstos, como fuera del mundo, apenas pueden creerse que sus sueños van a poder cumplirse y aparece en ellos un mutuo amor.

Cuando Daland regresa muestra su satisfacción al ver que su hija ha aceptado al Holandés como futuro esposo y que podrá anunciar el compromiso en una fiesta.

Acto tercero

En la bahía aparecen los dos navíos. El del Holandés, envuelto en una quietud espectral y el de Daland lleno de luces, bajo las cuales los marineros cantan y bailan con entusiasmo.

Las jóvenes noruegas llegan con alimentos y bebidas. Piensan hacer también partícipes de ello a los marineros del silencioso barco holandés, pero no obtienen respuesta alguna a sus llamadas, que repiten una y otra vez, cada vez más alto.

Finalmente, se sienten llenas de miedo, especialmente cuando los marinos noruegos sugieren jocosamente que este barco recuerda el del legendario Holandés errante.

Cuando los marineros noruegos han comido y bebido se acercan al barco holandés. De él aparece de repente una siniestra llamarada azul; la espectral tripulación vuelve a la vida, entonando un salvaje coro, mientras los vientos silban y el mar se encrespa alrededor del navío. Los marineros noruegos, confusos y asustados, reanudan sus cantos. Finalmente, pensando que aquello pueda ser cosa del diablo, hacen la señal de la cruz y se alejan, ante las carcajadas espectrales de la tripulación del barco fantasma.

La calma renace en el momento preciso en que Senta sale de su casa, seguida por Erik, muy agitado, reprochándole su conducta y pidiéndole que recuerde la promesa de eterno amor le hizo y que ella recuerda con terror.

Se acerca ahora el Holandés, en quien Erik reconoce al hombre de los sueños de Senta, cuyo rostro era el mismo del cuadro colgado en la pared. El holandés escucha la conversación entre el cazador y la muchacha y cree que Senta no es sincera con él, e inmediatamente determina hacerse de nuevo a la mar.

Cuando el Holandés la recrimina por su supuesta deslealtad, ella le pide que se quede, mientras Erik ruega a Senta que deje que el Holandés se marche.

Antes de partir, el Holandés comienza a decir a Senta quién es él; ella le responde que ya lo sabía y que intenta salvarle de la terrible maldición. Ante Daland, los marineros noruegos y las muchachas, que han salido rápidamente, proclama su identidad como el Holandés errante.

Entretanto, su tripulación se prepara para zarpar. Se sube al barco e inicia su salida. Senta entonces, se sube a un acantilado, llama al Holandés y después se arroja al mar.

En ese instante, el barco fantasma es tragado por un tremendo remolino. En la luz del atardecer, los espíritus de Senta y del Holandés errante surgen de los restos del barco naufragado y suben a lo alto.

Resumen del libreto de la ópera de Richard Wagner, en: beethovenfm.cl

miércoles, 9 de diciembre de 2009

¡VÍTOR!




Qué bueno todo: la pipirrana, el calabobos, el Fontal, el Zaíno, el agua de vida, Tannhausen, el niño de la aldea de los malditos, Rodrigo Mozart, el hermano dulce de regio nombre, la comisión hostelera, el arcipreste del territorio invisible, su alcalde pedáneo, su rector magnífico, ella, la voz de la cordura en un lugar de taimados y, hasta las impertérritas que no lo han catao.

¡Vítor, a toos!